San Carlos de Bariloche nos convoca año tras año, muchos amigos la han elegido como su hogar.

Dos meses antes del viaje comenzaron los preparativos. Atar moscas con tiempo es un placer. Ojos de jungle cock o un ala de heron son detalles que valoro en mis moscas. Me esmeré durante las prácticas semanales de casting, había llegado el tiempo para el equipo de dos manos.

Esta vuelta viajé con Martin Tagliabúe, Luis y Marcos San Miguel, un excelente grupo de amigos.

El Limay es un río con una enorme corrida migratoria de truchas marrones (Salmo trutta lacustris) y arco iris (Oncorhynchus mykiss) proveniente tanto del lago Nahuel Huapi como del embalse de Alicura. Debido a las fechas de migración de ambas especies, lo frecuente a fines de Abril es cruzarse con marrones. En esta oportunidad también encontramos cardúmenes de arco iris en distintos estadíos. Algunas exhibían colores típicos de la fresa, algo inusual que los biólogos deberían estudiar. Probablemente el efecto de la erupción del volcán Puyehue tenga algo que ver. Encontramos los peces en un estado impecable, gordos y muy fuertes.

Asociar al Limay con peces enormes es correcto, están. Asociar al Limay con pescar muchos de ellos y fácil es un error. Es un río demandante desde lo físico, técnico y psicológico. Un real desafío desde todo punto de vista. Lo encuentro fascinante, obliga al pescador a superarse tiro tras tiro. Es totalmente adictivo…

Durante nuestra estadía escuchamos muchas posturas extremas: si es deportivo pescar desde la balsa o no; si es ético anclar o no; si el equipo de dos manos perturba y es menos deportivo; si lo correcto es usar moscas chicas o grandes…En lo personal creo que cada uno debe pescar siguiendo el reglamento de la forma que lo haga feliz, disfrutando del ambiente, respetándolo, así como al prójimo. Lo que no me parece ético es arrastrar un garreo por el fondo (no reglamentario), castear desde la balsa en el sector donde alguien esta pescando de vadeo, dejar basura en el río, no rotar, entrar al agua a 10 metros de quien esta pescando. En definitiva a todos nos une la pasión por la pesca con mosca y la vocación de cuidado del ambiente. El furtivismo este año ha sido y es peor que nunca. La falta de control por falta de recursos o simple desidia es una triste realidad. Si no hacemos algo al respecto se perderá uno de los principales recursos económicos de la zona. Aunemos esfuerzos para educar a los nuevos mosqueros y proteger el recurso.

Respecto de la pesca, fue excelente. Compartí varios días con amigos. Hubo momentos de mucho dolor como de mucha alegría, en ambos afloró lo mejor de cada uno. Hubo momentos de silencio y reflexión y otros de reír hasta el cansancio. Hubo asados, picadas, charlas profundas, sesiones de atado. Conocimos mucha gente y lugares nuevos. Por sobre todo, compartimos la pesca como hermanos y nos esmeramos para que el otro pudiese superarse a sí mismo. No hubo ansiedad o competencia, sino solidaridad. Cada trucha se festejó como propia. Ese para mi es el espíritu y la esencia de la pesca con mosca.

La principal técnica fue la de streamers en todas sus variantes. En menor medida empleamos mosca seca o ninfa. Las variantes para pescar streamers fueron: a) Stripping; Lanzar recto enfrente o angulado aguas abajo y traccionar inmediatamente para darle vida al engaño. Conviene incrementar el ángulo aguas abajo en la medida que aumente la velocidad de la corriente. b) Deriva controlada; Lanzar de la misma forma y aplicar una ligera tensión al conjunto. Puede sentirse la mosca bailar en la corriente. C) Swing invertido: Lanzar aguas arriba y aplicar tensión. La mosca pasa frente a las truchas a gran velocidad simulando una fuga. En todos los casos puede haber una fase de hundimiento inicial para que la mosca pesque en los primeros centímetros bajo la superficie. Esto se logra evitando aplicar tensión al conjunto pero manteniendo control.

Pescamos con cañas de grafito de 9 pies para líneas 6 a 10 en acciones media-rápida a rápida. Una caña para línea 8, 9 o 10 puede sonar excesiva pero es una excelente herramienta para lanzar moscas enormes a grandes distancias en el viento mientras vadeamos. Evitará que nos fatiguemos innecesariamente y acortará la pelea con peces grandes. Los shootings de hundimiento rápido (4, 6) tienen una sección fina que permite penetrar mejor en el viento y lograr mayores distancias. Las correderas de monofilamento fino son fundamentales para esta pesca por las distancias que debemos alcanzar. El problema de este conjunto es que es prácticamente imposible realizar correcciones en el agua. Siempre es importante lograr una buena presentación de la mosca, con el leader estirado. Muchos de los mejores piques se producen cuando la mosca toca el agua, e incluso antes. El Pelado Ricigliano bautizó estos piques como “lavarropas”, no he sabido de mejor descripción. Hielan la sangre, son memorables.

Esta temporada me propuse pescar el mayor tiempo posible con equipo de dos manos. Cristian Mammi me enseño la técnica del Underhand, muy estética y además perturba poco el agua. El Negro Carlos Vidal me enseñó los lanzamientos de Spey, más sencillos de ejecutar, me permitieron pescar lejos con moscas grandes. La eficiencia de un equipo de dos manos para cubrir agua es incomparable. Por otro lado es más fácil corregir el conjunto y manejar la mosca en el agua. La pelea se siente igual o más que empleando una caña de una mano y se pueden dominar rápido los peces grandes.

Esta temporada las moscas largas y desvestidas siguieron engañando truchas de manera elegante. Los bucktails como la Blonde y sus variantes han vuelto al lugar que Brooks, el Bebe Anchorena y Jorge Dónovan supieron darle. Por respeto a la historia y por el placer que me provoca, pesqué casi exclusivamente con Platinum Blonde, Black Blonde y Strawberry Blonde. Para su armado empleé bucktails especialmente elegidos, de pelos largos, finos, con un suave afinamiento hacia su punta y algo ondulados. El largo de mis Blondes fue de hasta 20 centímetros. Los tubos en todas sus variantes también fueron pólvora. Las combinaciones y diseños que pueden lograrse sólo están limitados por la imaginación detrás de la morsa. Los gatos enormes de otras temporadas durmieron en las cajas, la presión de pesca genera truchas educadas y espectacularmente difíciles.

El pique del viaje lo tuvo Martin. Estábamos pescando a última hora sobre la barda del lado rionegrino cuando literalmente un “delfín” tomó su mosca. Pocas veces vi una caña 10 doblada hasta el portareel. El leviatán enfiló hacia el lago. Mientras el reel lloraba enloquecido se trabó en un nipper que colgada de la campera. El leader entero explotó…impagable e imborrable. Agradezco haber estado alli para presenciar todo.

Pescamos junto a muchos amigos. Todos hicieron lo mejor para que pudiéramos pasar un buen momento y aprender más acerca de la pesca en el Limay. El Negro Vidal fue un anfitrión de lujo. Un día nos invitaron a flotar Gerardo Guerrero, Sebastián Pometti, el Negro Vidal y Martin Ferreyra Gonzalez. Fue espectacular poder compartir la pesca con ellos. Quedamos embobados por el grado de perfección de los botes que fabrica Sebastián. Son la combinación justa de arte y performance. (http://www.botesdellimay.com.ar). Otro día Marcos y Martin flotaron con Matias Curuchet, otro fenómeno y enorme tipo muy querido por todos. También pescamos junto al Pelado Amadeo de Big Fish Patagonia. Todos ellos conocen el río a la perfección y diariamente pudimos ver en la punta de sus líneas la mejor genética en truchas de Patagonia Norte. Nos cruzamos con muchos amigos, como Segundo Beccar Varela y otros más que espero no se ofendan por no recordarlos. Otro día pescamos el lago Nahuel Huapi comandados por Marcos. Sus más de 30 años pescando y navegando el lago se notan: la tiene atada! No puedo olvidarme de otro grande que nos paso los datos justos por teléfono, el Pelado Ricigliano.

El último día nos llegó la invitación de Federico Obejero y el Tano Niccolo Baldeschi Balleani para pescar en el río Traful. No lo conocíamos. Fue una experiencia inolvidable, la belleza del lugar no puede describirse con palabras, su pesca tampoco. En cada lugar donde suponíamos había una trucha esta picaba. No importaron ni la ceniza ni los vientos de hasta 80 kilómetros por hora. Vino con nosotros otro fenómeno y uno de los mejores fotógrafos del planeta: Isaias Miciu Nicolaevici. El set de fotos puede verse siguiendo este link: http://isaiasmiciu.com/gallery/traful_flydreamers/

Como balance final sólo resta agradecer a todos por su amistad y generosidad. La pasamos estupendamente bien. Volveremos la temporada que viene, como siempre.

Cuidemos al Limay!