De las especies que nadan en aguas argentinas el dorado es por lejos mi favorita. Su caprichoso humor, belleza y un desconocimiento creciente respecto de su comportamiento son atrapantes. Capaz de desatar un frenesí alimenticio tanto con el agua a 18 como a 37 grados, de tomar sutilmente una pequeña mosca presentada delicadamente así como un plumero que golpeo el agua, de elegir la mejor forma de encarar un obstáculo y romper todo violentamente, dejándonos atónitos. De todas las especies que nadan en nuestras aguas el dorado, junto con las truchas marinas, es la que mayor potencial tiene de atraer turismo extranjero.

Hace más de 15 años que no pescaba en Santiago del Estero. Por aquel entones tengo mejores recuerdos de las enormes tarariras del embalse de Rio Hondo que atacaban los poppers furiosas antes de encarar a los palos secos. Dorados había muchos y de todo tamaño. Nos decepciono bastante la falta de guías adecuados, en aquella oportunidad debimos defender con unías y dientes cada dorado del garrotazo del supuesto guía, casi llegando a literalmente poner el cuerpo. Por otro lado la contaminación proveniente de los ríos tucumanos hizo bastante desagradable el pescar allí. El sector del Dulce que pescamos aguas abajo del Dique Frontal tampoco nos gusto en lo mas mínimo. 

El tramo del rio Dulce aguas abajo del dique Los Quiroga es fabuloso, el rio corre cansino sobre un fondo de arena interrumpido por palos y ramadas que constituyen puntos favorables de acecho para el dorado. Junto a Marcelo Mihura realizamos un viaje corto. La primera tarde, vadeando aguas arriba del puente la Dormida, pagamos el lógico derecho de piso. Tuvimos un par de piques sin concretar cada uno mientras observábamos miles de mojarras alrededor nuestro. Los dorados estaban y las atacaban bien metidos dentro de las ramadas. Les presentamos deceivers de todos los tamaños y colores, moscas tipo Andino, moscas con ojitos de cadena craft fur, sin éxito.

Esa noche comimos tranquilos sabiendo que al día siguiente pescaríamos junto a Mario Santillán. Flotamos el tramo de rio comprendido entre Sumamao y la Pirucha. Armamos equipos 6 con línea de flote. Utilice una SAGE Xi2 690-4 con un Lamson Litespeed 2, línea Mastery Saltwater #7 y leader de 2,40 armado con Máxima Chameleon (1 metro de 40 libras, 80 cm de 30 libras, 60 cm de 20 libras). Como cable utilice Sevenstrand de 27 libras color marrón. El conjunto leader-cable se hacia invisible en el agua. Marcelo armo una SAGE XP 690-4 con un Lamson Radius 2, línea Rio Outbond 6 y leader de 2,40 armado con Raiglon gris y cable color negro. Durante toda la mañana estuvo nublado, factor que nos ayudo a llevar mejor los mas de 40 grados de temperatura ambiental. Los dorados picaron al golpe, sin excepción. A este respeto el castear desde la balsa nos dio una clara ventaja: al vadear en muchos de los lugares el agua nos llegaba a la cintura e inclusive más. Esto obliga a un cast paralelo al agua, dificultando el “golpear” de la mosca. Desde arriba de la balas podíamos cambiar el ángulo de lanzamiento, elevando el back cast y haciendo que la mosca golpeara el agua. Marcelo utilizo pequeños deceivers en diversos colores a lo largo del día, mientras que yo me incline preferentemente por moscas con ojitos de cadena, cola de pluma, con collares y cabeza en craft fur y lana. La combinación negro y naranja con poco brillo marco una clara diferencia. Por la tarde salio el sol y el pique se puso algo lento, volviendo a explotar a ultima hora. Más de 20 doradillos de hasta 2 kilos nos dejaron muy conformes. 

Los planes originales para el tercer día consistían en llevar una pequeña balsa inflable y pescar junto a unos amigos cordobeses. El día previo a partir una falla en el alternador de la camioneta nos obligo a dejar la balsa en Capitán Sarmiento al ir en mi auto. Por otro lado el auto de nuestro amigo cordobés lo abandono, dejándolo en Alta Gracia. Al consultarle a Mario respecto de sus planes para el Lunes el tenia organizada su partida hacia Piedra del Águila. No había comentado que estaba compartiendo vivienda en Loreto junto a los chicos de Achala Experience, Carlos y Diego Buzzurro. Marcelo los llamo por teléfono y afortunadamente pudo combinar una flotada para el día siguiente. Pescamos 1 en cada catarraft, el guiado por Carlos y yo junto a Diego, un lujo. Durante la mañana debimos trabajar bastante para lograr 4 piques cada uno. Luego de un par de horas en cero, por recomendación de Diego cambie a un streamer mas voluminoso con cabeza de ciervo y ojos de plomo que en 10 minutos me dio dos dorados. Valió la pena renegar un poco en el lanzamiento.

Frenamos a almorzar a la sombra luego de cruzar la breve playa de arena con temperaturas saharianas. Mesa con mantel, platos, copas y cubiertos precedieron a un delicado almuerzo con entrada, plato principal y postre. Valore particularmente las cervezas heladas que mitigaron un poco el calor. Pequeños detalles que sumados hacen un gran servicio.

Al intentar refrescarnos la temperatura del agua era de 37 grados, como tomar un baño de inmersión. Aun así al salir el contacto con el aire daba una buena sensación de refresque. La ropa de secado rápido y con un cierto factor de protección solar ayudo mucho. Para altas temperaturas prefiero sombreros de ala ancha, pueden ser en tela de secado rápido que podemos humedecer o de paja tipo Panamá, muy frescos. La pantalla solar con factor 50 previno quemaduras indeseables.

Si bien es cierto que el dorado se alimenta independientemente de la temperatura, la mayoría de mis mejores recuerdos están vinculados a altas temperaturas. Pero hasta que punto el calor lo favorece? En esta oportunidad el agua nunca bajo de 29 grados, llegando a 37. El pique no pareció afectado en lo mas mínimo por este factor. Si, en cambio, cuando el sol se hizo presente con mayor intensidad los dorados desaparecieron, cazando esporádicamente dentro de las ramadas en lugares no accesibles a nuestras moscas. 

Por la tarde el viento comenzó a soplar trayendo una tormenta, la baja en la presión atmosférica puso locos a los dorados. El tamaño promedio mejoro significativamente, los piques fueron tanto al golpe como dejando que la mosca profundizara un poco previo a sacarla a toda velocidad al llegar cerca de las empalizadas.  Tuve una subida de un dorado importante que rechazo la mosca y no volvió a mostrarse. 

En un momento vimos que Marcelo peleaba un dorado importante aguas abajo. Nos apuramos en llegar para poder presenciar la escena y sacarles algunas fotos. Luego de unos minutos de vértigo Carlos pudo tomarlo de la cola y arrimarlo para las fotos. Ese pez corono una salida que nunca olvidare, y sin dudas repetiré.

Las moscas que empleamos fueron: deceivers, hi-ties, andinos y moscas tipo andino con cabeza y collar de craft fur en anzuelos 2/0 y 3/0. Los colores fueron variados, tonos oscuros como el negro combinados con otros mas chillones y blanco para momentos de gran luminosidad. 

La clavada siempre debe ser con la mano que sujeta la línea, la cania puede utilizarse de costado para ayudar a acomodar la toma del anzuelo en la tijera de la boca. El los dedos de la mano de la línea utilizo una cinta auto adherente llamada V-Trap que evita las quemaduras y cortes, amen de ayudar en la sujeción de la línea mojada.

Un saludo cordial, 

Nicolás Schwint

Artículo publicado en el Magazine Digital Mosquero número 35