De visita con mi familia por lo de mis viejos, en La Cumbrecita, aproveché no sólo para descansar, pasear por sus pintorescas  callecitas, comer tortas y salchichas alemanas, sino también para pescar esos arroyos que me vieron crecer. 

Para aquellos que no conocen el lugar, este es un pueblo peatonal, de características centroeuropeas, enclavado en el faldeo oriental de las Sierras Grandes de Córdoba, en el Valle de Calamuchita. Fue fundado por alemanes y aún hoy en día se puede apreciar en sus arquitecturas el estilo alpino de las primeras edificaciones. Al llegar al pueblo nos sorprende ver que esté inmerso en un bosque de arboles exóticos, que no son propios de los paisajes serranos, como abetos, abedules, cipreses, robles y guindos entre tantos otros. Todas las semillas fueros traidas de afuera y plantadas una por una hace 80 años por los laboriosos pioneros quienes también emprendieron la ardua tarea de trazar los 33 km que distan de Villa Gral. Belgrano.

Por las mañanas, mientras mis chicas dormían, me iba rio abajo desde el puente de entrada al pueblo hasta la escuela o para arriba hasta llegar al último complejo de cabañas. El río en la zona del pueblo tiene una gran población de truchas que oscilan entre 25 y 35 cm. Es muy loco y divertido despuntar el vicio debajo de las cabañas donde estas hospedado. Pocos lugares pueden presumir de esto. Cuando regresaba, pasaba por la panadería y llevaba unos criollitos y pan casero recién horneado para el desayuno, como para que salgamos con las baterías bien recargadas a realizar los paseos típicos que el pueblo ofrece. Uno de esos es Casas viejas, el puesto que la familia Merlo tiene a orillas del Río del Medio a 30 minutos de La Cumbrecita. Este se encuentra ubicado sobre una inmensa ladera al pie de las sierras grandes, justo antes de que éstas se erijan y encajonen el rio. El puesto, rodeado de mimbres y pircas, junto a las ovejas y caballos que pastan por esta pradera, forman una postal que nos hace dudar si es Córdoba o Escocia. Dicho afluente acá baja tranquilo, en ocasiones  se acelera saltando entre piedras bolas, formando correderas, poquets, bajos de arena, estructuras muy variadas que junto a la poca profundidad nos invitan a tentar con secas a las truchas que aguardan el paso de comida. Se puede llegar haciendo un trecking liviano, pero si vas en familia recomiendo complementar la excursión yendo a caballo que le da un toque de aventura, a los chicos les encanta y no se cansan tanto.

En mi caso fui con mi señora, mi hija, y mi sobrina. hicimos un pic-nic debajo de los mimbres y luego las nenas fueron a jugar al río, mi señora se puso a leer un libro y por mi parte, armé una SPL 383 y me dispuse a hacer lo que tanto me gusta. No me fui muy lejos, la verdad que ahí debajo del puesto esta lleno de truchas, y si bien un poco más arriba hay mejores, la idea era pasar un rato en familia.

En cuanto a la pesca, el rio ya había alcanzado su nivel normal después de una semana de lluvias pero todavía el agua bajaba fría por lo cual las truchas estaban muy activas pese al sol radiante. Aproveché el comienzo de una eclosión de may flies y me deleite haciéndolas subir con una emergente CDC olive morning dun en anzuelo 16 y tippet 6X. Mi señora se asombró al verme saltar como una cabra de una piedra a la otra tratando de no perder el equilibrio y una trucha que buscaba acovacharse. Se  acercó con las nenas para tomarme una foto y a que le enseñe lo lindos que son estos animalitos y porque deben regresar al agua. Entusiasmada por el episodio, quiso intentar unos tiros también antes de regresar a su lectura. 

Como conocedor  del lugar, no dejé pasar ni un poquet porque se que aún que no las veamos siempre hay una aguardando debajo de la correntada. Por eso es sumamente necesario pescar agachado, aprovechando los juncos altos o las piedras grandes para ocultarnos. Otra estrategia, sobre todo en aguas calmas, es la de castear por afuera del punto de pesca y recién cuando consideramos tener en el aire la línea suficiente como para llegar a el, recién ahí hacer el cambio de dirección y colocar la mosca donde queremos pescar, de esta manera corremos menos riesgo de espantar a las truchas haciendo falsos sobre ellas. 

Mientras ensillaba los caballos para emprender la vuelta al pueblo reflexionaba; la pesca en Córdoba no sólo es muy interesante y entretenida, sino también que es una gran escuela para los que se inician. Los lances requieren de mucha sutileza y precisión; ante el mínimo error no tendremos una segunda  oportunidad, sin más remedio, no queda otra que pasar al siguiente pool y replantearnos que hicimos mal para no volver a repetirlo. Pero cuando logren su primer captura en estos ambientes puedo asegurarles que el goce y disfrute no va a pasar por el tamaño del pez, sino por haberlo sacado de abajo del tabaquillo donde se resguardaba, usando un equipo ultraliviano, manejando un leader muy largo y delicado y habiendo lidiado con los pastitos a sus espaldas, amigos déjenme decirles que esta pesquita es hermosa y más aún si podemos compartir esto que tanto nos apasiona con los que más amamos, la familia.