Esta historia se llama "La mosca despreciada"
Mi amigo me llama de ir a pescar unos dorados. Y yo le dije tengo que ir a un nuevo lugar que todavia no fui en la temporada. Así que arrancamos, al llegar al lugar empiezo armar el equipo y me pasa algo que me cae como un valde de agua helada, me olvido las moscas de dorados. Me quería morir mi humor cambio totalmente a una amargura terrible. Alberto me dice te presto y me da unas 4 moscas pero no era lo mismo, como me dijeron al comienzo de los pesca con mosca que no hay nada mejor que pescar con tus propias moscas.
Reviso en la mochila y tenía moscas de tarariras y de carpas pero entre todas había una en especial, si era una mosca que me la regalo un amigo en mis primeras salidas de pesca ya que todavía no sabía atar. Me la regalo porque a el no le gustaba y nunca pudo agarrar un pez, yo la use muchísimas veces y tampoco había agarrado nada, así que quedó archivada por fea y no pescadora.
Pongo una mosca de Alberto y vamos al primer punto tiro y sorpresa un hermoso pique que no logró clavar. Eso porque uno no estaba con el humor deseado por lo que me había pasado. Tiro varias veces y no me gusta como trabajaba esa mosca, cambio de mosca y pongo la despreciada.
Hago unos cast sin éxitos probando cada lugar sin dejar ningún hueco, hasta que hago un cast río arriba de la Corredera , cuando la mosca baja veo que un dorado baja siguiendo la mosca y la toma (quiero aclarar que en aguas De poca profundidad la corredera) sale disparado río abajo cuando quiero clavar no tenía la tensión, dije, se me fue ,sigo con velocidad tripieando y siento justo la tensión me doy cuenta que esta ahí y puede clavarlo hasta que logra dar un salto mi asombro fue terrible pegando un grito a mi amigo. Me llevo por el río unos 30 metros río abajo, Hasta que lo empecé a dominar, se había metido en un pozon y era cuestión que se cansé así que lo mantuve hasta lograr traerlo. Se saca fotos y a devolver ese Rey de Río. La Alegría es infinita.
Esta historia humildemente contada de esa mosca que nunca había pescado nada hasta que logró atraer uno de los dorados más grandes que saque en un pequeño arroyo bonaerense