Lunes 16 de Febrero de 2004. Mi shooting taper # 9 lleva muy bien un gran Deceiver blanco, verde y negro, con el que espero tentar algo grande. Mi excitación es evidente: estoy pescando en “La Zona”, area de dorados muy grandes, y mas importante aún, factibles de ser capturados con equipo de Fly Fishing.

Todo empezó 20 días antes con una invitación de Sebastián Casado Sastre, un amigo de “Pirá Lodge”, para pescar esta particular parte del río Uruguay, que se conforma con los primeros 1000 metros de río aguas debajo de la represa hidroeléctrica de Salto Grande, Entre Ríos. El Domingo 15 nos recibió Marcelo Pérez, responsable del proyecto de “La Zona”, que busca convertir este sector del río en un recurso renovable y un area protegida de pesca exclusiva con mosca, con devolucion  obligatoria. “La Zona” ha dado muchos dorados de más de 15 kgs pescados con mosca, siendo uno de 18 kgs, obtenido por Marcelo Pérez, el record mundial para esta especie con mosca, hast ese momento.

El Lunes 16 a la mañana ya estabamos en el agua. Las 2 lanchas asignadas son extremadamente comodas por el generoso espacio para manejar la línea que poseen. El jefe de guías es el conocido Héctor Bradanini; al poco tiempo de verlo moverse en el río me di cuenta que estabamos en buenas manos. A Hector le gustan los chistes ácidos y las cargadas. Completaban la tripulación biólogos argentinos y uruguayos, y sus ayudantes. Las capturas realizadas estan siendo aprovechadas para un estudio, por lo que los dorados se pesan, se miden, y se les extrae sangre para medir ácido láctico, glucocorticoides y glucosa. 

El río estaba muy bajo, se veían muchas piedras afuera. Esto aumentaba el riesgo de corte con una pieza grande, pero por otro lado estando bajo es más fácil “llegarle” con la mosca a los bichos más grandes. El agua estaba estupenda: muy clara y con 26 º C. Personalmente le asigno bastante importancia a la temperatura, o a sus cambios. El río corre bastante fuerte y nos acercamos hasta cerca del paredón de la represa, adonde se desarrollaba un espectáculo increíble de decenas de dorados comiendo salvajemente en superficie. Aparentemente estaban cazando las mojarras que provenían del lago a través de las compuertas abiertas. Con muchos nervios empezamos a castear con  Marcos y los piques eran constantes, en su mayoría dorados entre 2,5 y 5 kgs. Tomaban cualquier mosca: con o sin cabeza Muddler, Deceivers blancos o negros, etc. Marcos clava uno de 7 kgs, y lo saca: era un pescado increíblemente lindo. Los dorados de “La Zona” son bien diferentes a los del Alto Paraná; son de cabeza más pequeña, muy atléticos, musculosos y extremadamente potentes. Es muy posible, debido a la gran oferta de alimento, que los dorados aquí crezcan más rápido que en muchos otros ámbitos.

Al rato de sacar unos cuantos dorados chicos y medianos cerca del paredón, decidimos dejar caer la lancha lentamente río abajo, a unos 70-80 mts de la costa uruguaya. Mi Sage XP # 8 es una delicia: tira sola. Hago un largo cast hacia la costa, casi perpendicular a la misma. El “gato” negro con cabeza Muddler, flash y unas pocas plumas verdes, tarda un poco en hundirse; miro a mis pies para acomodar la línea, y al tercer tirón siento que algo me tomó la mosca. Lejos, veo un dorado revolcarse brevemente en superficie; parecía bueno, pero no podía precisarlo todavía. El bicho hace una corta pero potente embestida y me quema la mano con la línea. De repente salta de espaldas a unos 40 metros, sacando ¾ de su cuerpo: es enorme!. Se sumerge y hace otra corrida, no muy larga pero muy potente llegando por unos cuantos segundos al backing. Mi Scientific System 2 tiene un freno apenas aceptable,y probablemente no es el ideal para pescados muy grandes. Hector me informa que debido a que tenemos una cordillera de piedras en superficie por detrás nuestro, que corta el rio a lo ancho hasta su mitad, no podemos apagar el motor y bajar flotando con el pescado. Voy a tener que “prepearlo” desde un punto fijo, esto es, con la lancha en marcha. El dorado saca medio cuerpo afuera, y ahí si nos dimos cuenta que era enorme !. Mis nervios iban en aumento: el dorado empezó a buscar las piedras superficiales para pasarse por detrás y cortar. Hector con enorme serenidad y oficio fue acomodando la lancha varias veces para quitarle angulo al pez y evitar esto. El corte en esta zona es una eventualidad bastante frecuente, debido al tamaño de los dorados, pero principalmente a la cantidad de piedras superficiales, las cuales son mucho mas duras y afiladas que las del Alto Paraná. Mi tippet era un Orvis de 20 libras, con un cable de acero de 20 libras.  Ya más cerca, el dorado vuelve a sacar medio cuerpo afuera, y se pasa varias veces por debajo del bote, lo que me demanda correr a toda velocidad de popa a proa, para evitar el corte por la hélice, o una rotura de la caña contra el borde del bote. A esta altura mi sufrimiento por la posibilidad de que se me vaya era total; pensaba en el splice que me había hecho Marcelo Morales entre el running line y el shooting. Marcelo es una garantía total, pero mis nervios me traicionaban. El monstruo ya empezaba a mostrarse algo cansado ( yo también ). Sus corridas ya eran mas cortas. Lentamente lo fui acercando al bote, y Hector le cedió el volante a un ayudante. Finalmente lo “planché” al lado de la lancha: era una tonina dorada !. Finalmente Hector lo tomo con maestría y no sin esfuerzo lo subió al bote. Estupefacto, me quedé mirando este increíble pescado, mientras los biólogos tomaban las muestras. Lo pesamos con dos balanzas diferentes: 22,5 kgs !!. La mosca estaba clavada en la lengua. Sacamos fotos a toda velocidad para que sufriese lo menos posible, y luego lo devolvimos con cuidado asegurándonos de su recuperación.

 

Ebrio de alegría no pesqué más por un rato. Sólo por un rato !!.