Muchas veces pensé en escribir estas líneas, apelando a mis memorias y buscando en los gratos momentos que pase junto a la pesca siempre mantengo latente el recuerdo de los salmones del Rio Pescado en el gran Lago Llanquihue zona Puerto Varas.
El pesquero en cuestión es una desembocadura de un rio que  desemboca en el lago Llanquihue, espejo de agua que ostenta la no menor cifra de ser el segundo lago mas grande de la Republica de Chile con una superficie de 860 km2 y supo contener en  la década del 70  - 80 una piscicultura con el motivo de criar salmones tanto de manera intensiva como algunos de forma extensiva.
El programa de la misma consistía en dos fases,  a mi me interesaba la extensiva ya que los peces una vez en estado de smolt eran soltados al lago y recorrían  varios  kilómetros para su recría en el mar y volviendo en su edad de maduración para la fresa ingresaban nuevamente hacia el rio donde habían nacido encontrándose un pequeño arrollo donde ni siquiera eran capases de treparlo por el poco caudal del mismo, transformándose en una pequeña boca de apenas unos 30 mts donde se congregaban gran cantidad de inmensos salmones plateados.
Se dice que la idea era de atraparlos en esa boca con redes y asi se evitaba los costos de la recría, cosa bastante increíble ya que la piscicultura contaba con medios para su crecimiento en las típicas jaulas que se colocan en todos los estuarios de la zona.
Lo concreto que por el año 1987 pude conocer dicho lugar en un viaje vacacional junto con mi familia, ya que en esa época contaba yo con apenas 12 años, y en esa época y fiel a las enseñanza de mi padre éramos cuchareros, o mejor dicho “fierreros” al punto de pescar con unos curiosos señuelos que le solíamos llamar los “terribles”,  mezcla de lata con 3 triples 9 anzuelos con aletas giratorias creo yo hasta daba miedo ponerlos en el esmerillón.
Previamente habíamos  llegado a un prestigioso local de “artículos de pesca y camping” como se decía en esa época en la ciudad de Puerto Montt en el cual al preguntar si por la zona “había pesca“,  para lo que nos contesto de manera tajante que … la mejor de todo chile…  cosa que termino de afirmar  sacando de un freezer  un salmón de aproximadamente 14 kg que habían pescado unos dos días atrás, no alcanzan las palabras de asombro tanto de mi hermano y mías al ver “semejante trucha” para nosotros acostumbrados a la pesca del lago La Plata o Lago Fontana donde escasamente las truchas superaban la mayoría 1 kg y alguna excepción 2 kg.
Así que sin mediar muchas palabras pedimos datos del pesquero y esa misma noche estacionamos la Casilla Rodante (ahora Motorhome) a escasos 1000 mts de la desembocadura del famoso rio.
Faltan palabras para explicar de qué manera  conciliar el sueño esa noche, ya uno imaginaba la dura lucha que mantendríamos con los enormes peces, momentos de ansiedad extrema, gratos recuerdos.
Qué cosa interesante ocurren en esos momentos. La imaginación y los sueños tan vivos que se tienen  a tempranas edades. Recuerdo claramente esas sensaciones mezcla de aventura y desafío, sentimientos que no hay imposibles, ausencia de miedos ni ansiedad de malas, cosas que luego se encarga el tiempo de adormecer un poco.
Cuestiones que rememoro cada vez que armo una caña o entro en un ambiente desconocido con toda ilusión y esperanza, no por lo que vaya a lograr, sino más bien, por lo que tenga que descubrir porque sé que estoy próximo a vivir gratos momentos, o mejor dicho momentos más puros.
Creo que esa es una de las esencias de mi pasión por la pesca, volver a los momentos y a las ilusiones que se que me trae este deporte. 
Volviendo un poco a las memorias, en la mañana siguiente nos despertamos 6 de la mañana y con las primeras luces armamos con mi hermano el equipo de cucharas de esa época y enfilamos para la boca.
Grata sorpresa nos llevamos cuando poco antes de llegar a unos 150 mts rezaba un cartel, SOLO PESCA CON MOSCA   -  ZONA PREFERENCIAL.
Yo se que para los cánones de ahora Zona Preferencial y Pesca con Mosca es algo habitual en la boca de los ríos importantes sobre todo en Patagonia Norte, pero en esa época fue el primer lugar que conocimos nosotros y creo que hasta esos años si bien ahora sé que existían por ejemplo en la boca del Correntoso  era uno de los pocos que existía por lo que el impacto fue devastador para dos niños con sus equipitos de cuchara.
Sin darnos por vencidos seguimos camino hacia la boca, cuando nos llevamos la segunda sorpresa.
El ancho de la boca, unos 20 o 30 mts aproximadamente, se turnaban en rueda en riguroso turno de escasos minutos, estimo que 5 tiros por cada quien, unos 50 a 60 pescadores que aparentemente hacia algunas horas que ya estaban en el rio, algunos pescando con corbata, luego comprobamos como algunos,  7 en punto se sacaban el wader y se ponían el saco para ir al trabajo.
Habría que haber sacado una foto con las caras nuestras al comprobar semejante enjambre de pescadores, todos con mosca, donde reinaba un silencia absoluto al punto de que no se que le comente a mi hermano y rugió un pescador del centro obligándonos a callar cosa que termino por intimidarnos y mantenernos a un respetado 50 - 60 mts de la zona en cuestión.
Tardamos muy poco en maravillarnos con la forma de pescar y confieso que al principio no entendíamos con que pescaban y nos “latigueaban” cada vez que queríamos transitar por detrás de los diestros lanzadores.
Así transitamos la mañana sin poder hacer un tiro en la zona “caliente” de ese pesquero por lo que pudimos probar con magros resultados a unos 300 o 400 mts de la boca a la cual al aviso de algún pescador con el típico “ piqueeeeee!!!!” nos apresurábamos a correr hacia la boca para ver el espectáculo en cuestión. Esa mañana fuimos testigos  la captura de 3 ejemplares de tamaño “Baño”.
Recuerdo también que no era raro ver unos redondeles de piedra en sus orillas donde depositaban las pescas  del momento ya que también existía el límite de capturas que era de 1 por persona.
La operatoria consistía en sacar lo que se podía dos o tres y elegir el más grande para llevar y luego el resto se devolvía.
Dicha operatoria y algo de la historia del lugar la pude recabar luego de mucho tiempo al conocer al amigo Richard Ameijeiras  en Bariloche, reconocido y legendario guía y pescador de la zona al punto de ser el guía con el nro 1 y pionero en la conservación de los recursos, como así también excelente artista dibujante, ilustrando algún libro del querido maestro Mel krieger.
El mismo comprobó en esa época ya que oficio de asesor adjunto en pesca en el tema de conservación de ambientes en Chile y comentaba la mala práctica de este sistema ya que los peces al mantenerlos en esos pozos de piedra en la orilla y por el alto tiempo de exposición sin tener oxigenación, terminaban muertos por asfixia en la totalidad de los casos de devolución. Motivo de recordadas y acaloradas discusiones con pescadores cuando durante las duras inspecciones de carabineros con personal de pesca destruían a las patadas  los redondeles de piedra y multas con secuestro de equipos para los practicantes de dicha modalidad de supuesta  “captura y suelta”.
Luego de pasar la mañana extraña y con gusto a fracaso le insistimos a mi padre con mi hermano volver al negocio de pesca y conseguirnos las famosas cañas de mosca porque de otra manera sería imposible la pesca.
Volviendo para Puerto Montt, y ya en el local comercial nos asesoro muy amable el vendedor y nos trajimos unos equipos marca DAM de fibra de vidrio números 7-8 en 9 pies con reel backing y una sientific angler level color blanco que era lo único que había disponible pero buen equipo con el que pescamos hasta cerca del año 97 o 98 y los cuales aun conservamos en perfecto estado.
De regreso en el rio al otro día comenzamos la faena con mi hermano, primero mirando un poco como hacían los demás, la cuestión era imaginarse y ver si se podía tirar para algún lado.
Recuerdo que algunas personas ya mayores nos dieron una mano como para que salga algo de línea para adelante.
Estuvimos una semana en ese destino de lunes a sábado, y sin pescar nada  ya el domingo que era el día límite para regresar  había amanecido lluvioso, cosa frecuente en chile, y enfilando para el rio en un momento consigo lugar de la margen oeste de la desembocadura tipo 10 u 11 de la mañana ya casi con poca gente pescando ya que el plato fuerte era temprano y no teníamos posibilidad los dos inexpertos de hacernos entre pescadores avezados cañazo y lineazo de por medio.
Recuerdo claramente realizar un tiro corto de unos 4 mts o  5 a mas no poder y ver como se profundiza mi wooly bagger color oliva y en un momento arranca con todo para el fondo sacándome la línea completa de las manos. Sorpresa para mí se había enganchado un salmón  el esperado de la semana único pique y en el último día de pesca.
Enseguida se me vino una persona que me daba indicaciones, junta junta… aflojaaaaa.. aflojaaaa… dale cuerda…. Dale cuerda… no lo traigas tan rápido , te va a cortar..  y así pasaban los minutos lleva y trae, lleva y trae, un espectáculo que quedo grabado en mi memoria llenándome de sensaciones que perduran hasta hoy  en una pelea creo que producto de la inexperiencia que paso los 30 minutos y al fin cuando lo pude arrimar,  para mí,  el “Moby Dick” de mi vida en ese momento.
Para mi sorpresa con la captura comencé a recibir abucheo de los pescadores…. que la devuelva… que era muy chiquita…, alguno hasta descolló una risa fuerte cosa que no izo mella en mi orgullo al haber logrado un salmón plateado que rozaba los 3 kg de peso y aseguro que se veía el doble de grande.
También  luego estudiando sobre el tema aprendí que esa especie la del salmón,  coho  es una la más peleadora capaz de brindar los combates más duros, igual los abucheos para mí ese día fueron festejos.
Los memorias de festejo con mi hermano y con mi padre que parecido a proeza atesoro en mi mente, creo que hasta el fin de mis días.
Por supuesto lo devolví al agua ya que en nuestra familia no nos gusta comer peces y siempre preferimos un buen asado, la devolución no era en ese momento por conciencia de cuidar el recurso si no simplemente porque no los aprovechábamos, a algunos nos paso así siempre con el tema de la devolución.
Otro de los anécdotas graciosas de este pesquero es el de mi padre el cual fiel a su equipo de pesca Abu Con reel Abumatic y caña de gatillo el miércoles insistentemente tiraba su toby de 28 gs. Hacia el fondo cuando de pronto se engancha un salmón saltándole tres veces afuera del agua y en el último salto logra escupir la cuchara y perder un semejante ejemplar.
Luego de insistir durante media hora más, se prende otro en el anzuelo y luego del primer gran salto a unos 40 mts adentro corta la tanza de la tortuguita del 0,35.
Repara todo y pone la famosa Española una cuchara de 35 gs color roja con franja amarilla y comienza los lances, a una hora de insistir se prende otro más grande, al cual alcanzamos a ver el lomo la cola y el borbollón cuando nuevamente corta el 0,35.
Difícil situación  la que tuvo que vivir mi padre, pocas veces lo vi tan desilusionado, se dejo sentar o mejor dicho se tiro en las piedras y dejo la caña por el costado, con un enojoso , NO PESCO MAS se termino la pesca por todo el viaje.
Verdaderamente increíble, 3 piques 3 cortes, sin palabras.
Otro día en la mañana cuando con mi hermano arrimábamos a la boca, nos detuvimos en una carpa que habían armado en la orilla, y nos pusimos a mirar a un hombre que en una mesita de camping sacaba un aparatito donde ponía anzuelos y tenía unos cuantos hilos y plumas, y empezó a atar muy despacio una mosca que a nuestro juicio era extremadamente pequeña.
Hoy a la distancia reconozco que en su morsa debería estar armando una alexandra en tamaño 10 y luego armo otra más pequeña, la cual no pude encontrar el modelo , pero recuerdo que era solamente de cuerpo rojo en un tamaño 14 y solamente un hackle en tono oscuro y nada más, y luego de terminarla nos afirmo …..  con esta pesco el grande….
Luego de agradecer dejarnos husmear nos fuimos como todos los días para la boca.
De regreso al mediodía vimos al atador pescando eufóricamente con el agua arriba del pecho bien metido en el agua a unos 200 mts de la boca y luego de observar los largos cast que realizaba pudimos comprobar como realmente engancho “La Grande“.
Las luchas habituales de esos peces rondaban la hora larga sin exagerar, no sé bien si por los tamaños de los peces o quizás por el tipo de equipos que había en la época pero se transpiraba la camiseta para sacar uno.
El gracioso pescador iba de izquierda a derecha molestando a los demás pescadores, repito que había demasiada concurrencia y los peces buscando pozones se mueven sin respetar cañas se sentía permiso…. Permiso…. Guarda…… guardaaaaa…. Y siempre se llevaba alguna que otra palabrota por el camino, no me queda claro si por molestar o porque siempre hay alguno que no pesca nada pero se llevaba todos los rosarios ese día.
Cuando pudimos ver el salmón y comprobar los datos arrojaron las siguientes cifras:  32 lbs. y   1,18 mts.
Largo, ancho, plateado y de boca pequeña y lo más curioso, la mosquita roja chiquitita en la boca algo que no podíamos creer con mi hermano.
Cabe señalar que investigando sobre la actividad del pesquero pude leer en un artículo que dentro de las actividades de la piscicultura, estaba la limpieza de piletas y posterior tirada de comida religiosamente a la hora 11 am cosa que se decía y con bastante rigor científico que a esa hora se activaba la pesca ya que el olor de la comida atraía  a los peces a la boca.

En el año 2001 en el mes de enero pude regresar a dicho pesquero ya siendo mayor fui con mi Señora, un poco de vacaciones y otro poco porque siempre me quedo en la mente la semana de pesca y ese lugar increíble que para mí  marco un antes y un después mi vida de pescador.
El plan era estar una semana y recorrer tanto Pto Montt como Puerto Varas y Frutillar, unos lugares muy pintorescos al otro lado de la cordillera para lo cual hicimos base en Pto Varas.
El lunes temprano comenzó mi pesca y recordando cómo era el sistema, arranque de las cabañas a la 4:30 para recorrer los escasos 15 20 km para llegar al rio y ser el primero.
Ni bien estaciono bajo y me arrimo,  llego al lugar pero no encuentro a otro pescador, en la ruta había comprobado del cartel que decía RIO PESCADO , si , es acá no estoy errado, pucha , que suerte estoy solo.. ¿??? Pasa la mañana,  sigo casteando y se me hacen las 8 , luego las 9 y no apareció nadie , como a eso de las 9 30 se acerca un lugareño con el cual me pongo a conversar , y me explica que ya nadie va a pescar al rio pescado , que ahora se pesca en el lago rupanco, que hace años que no se sacan mas salmones por que en el rio que desemboca el agua al mar habían puesto unas represas y los salmones ya no pueden ingresar al lago.
Luego de las amargas noticias regreso a la cabaña y no tan convencido de lo sucedido en la tarde regreso al río, mejor dicho a la desembocadura en el lago y tampoco encuentro a nadie pescando.
Fueron pasando los días, alternaba la pesca en la mañana y en la tarde  y luego durante el dia recorríamos la zona vacacionando. En todos los días que fui a pescar nunca tuve un toquesito ni un pique ni nada hasta que el viernes de mañana llego al pesquero y leo la hora 6:00 en punto, saco línea del reel , la estiro con cuidado , ya llevaba un shooting integrado no la doble taper y realizo un tiro largo, cómodo y perfecto hacia el horizonte , y al primer strip toma un salmon coho plateado que me regalo dos saltos y 45 minutos de pelea, en el medio del trámite se me acerca una persona mayor que veía como desde hacía bastante rato estaba en pelea con el salmón y me acompaño para sacarlo del agua como para sacar la foto de rigor. Luego  de pesarlo con el copo dio 4,47 kg. con hermosa coloración plateada y perfecta anatomía lo devolví con un estado de alegría y algo de pena. Sentimientos encontrados que me invadieron quizás con alguna lagrima en ese instante,  momentos indescriptibles que tiene la pesca que quizás supo resumir Mel krieger donde se satisface el instinto predador y se mezcla la compasión por la captura, es cuando uno recapacita y lo único que importa es que vuelva de la mejor manera a su medio de vida y con el menor daño posible.