Quería recordar una anécdota de hace unos años mientras trabajaba de guía para Loop en Las Buitreras. 

Febrero en el río Gallegos es un mes un tanto impredecible, algunas temporadas el agua mantiene un nivel de agua muy bajo y temporadas como esta última su nivel fue tan bueno como en Enero, que sí mantiene generalmente un nivel de agua óptimo. Febrero es mitad de temporada para nosotros en la estancia Las Buitreras, el clima es cálido, el viento como siempre persistente salvo algunas pocas veces de calma total. Era mediados de Febrero y tuvimos la suerte de tener una tarde libre, entonces Pollo y yo decidimos hacer un poco de pesca ya que el día estaba en buenas condiciones y el agua también. Decidimos probar el acceso público para pescadores que tiene la estancia Las Buitreras a 25 kilómetros, también con el objeto de tener una mejor idea de donde estaba el cardúmen y conocer el nivel de agua para la siguiente sesión de guiada.

Si mal no recuerdo pescamos solo de 19 a 21hs ya que teníamos un viajecito y una cortada de campo importante. Llegamos al primer pozo y con cañas de 2 manos en modelos multi #8132 y la clásica pero efectiva green line #9116 y líneas intermedias y sink I/II especialmente balanceadas para underhand cast comenzamos en una corredera increíble cercana al límite con la siguiente estancia. Realmente el clima acompañaba, apenas una brisa. Pollo con una E&B y yo con una yuk bug barrimos el primer pozo sin suerte, casi al momento de desistir vimos una hermosa plateada lomear al frente nuestro, burlándose de nosotros. Decidimos hacer una nueva pasada con diferente mosca, Cooper jones y salmonera para Pollo. Naaada!! Con una hora para seguir decidimos ir al siguiente pozo. Un cut bank largo ubicado del otro lado de una isla al cual llamamos Gatitas (desconozco el origen del nombre). Yo entré un poco más abajo que Pollo esta vez y en pocos minutos clavé una linda plateada de 3 kilos bien fresca, que me dio una buena pelea y la devolví al agua en segundos. Luego el Pollo continuó aguas abajo y llegando al final del pozo clavó una muy buena plateada de unos 5 kilos pero luego de dos saltos acrobáticos característicos de plateadas frescas recién entradas del mar se soltó; El Pollo gruñó un poco y luego continuamos pescando el canal mucho más abajo de donde nos deteníamos usualmente para ver si encontrábamos alguna sea run mas. Buen agua pero no parecía tener muchos peces, nos quedaban unos 20 minutos de pesca y debíamos elegir entre un pozo más que se encontraba a 5 minutos a pie o hacer una pasada más al mismo pozo… no dudamos más de 2 segundos, “pesquemos acá de vuelta”… esta vez el Pollo comenzó aguas abajo y justo cuando estábamos terminando el pozo el Pollo clava algo cerca del fondo, en una deriva muy lenta. Comienza la pelea, el Pollo como hace típicamente comenzó a cañar a la trucha y traerla rápidamente hacia la orilla, casi como quien pelea un pez espada… pero no esta no tardó en enojarse, rompió la superficie del agua con su cola y la cara del Pollo se puso pálida instantáneamente como si hubiese visto un fantasma. Yo no pude evitarlo, y le confirme en voz baja “es grande”, cualquiera hubiera aflojado el freno del reel instantáneamente y pelear al pez unos minutos mas, pero el Pollo al contrario, le puso tanta presión que pensé que la vieja Green Line iba a volar en pedazos, comenzó a caminar hacia atrás y yo me agazapé tan nervioso como él para orillar a la bestia. Cuando esta se dio vuelta, y no por cansancio sino porque estaba casi varada, me abalancé hacia el pez para tomarlo de la cola y creo que mi cara se tornó del mismo color que la del Pollo. Era exageradamente grande, la llevé a la orilla y comenzamos a gritar como dos chicos. Era un animal obeso, de más de un metro de largo medido con la caña sin tomar los relieves de su columna y cola, mi mano ni cerca de rodear su parte más delgada antes de la cola, un color cromo impecable y ni siquiera un rasguño, simplemente increíble… Un par de fotos artísticas y devuelta al agua en perfectas condiciones, el Pollo seguía en estado de shock, la sensación de ver como vuelve al gua un pez de este tamaño, un perfecto reproductor, es la motivación que lleva a uno a seguir practicando esta modalidad. Con solo 5 minutos de pelea “el pollo” había orillado una sea run de unos 13kgs, en una tarde sin viento, con el agua perfecta, sin nadie más a nuestro alrededor, con poco tiempo para pescar y la afortunada decisión de hacerle una pasada mas a este pozo… algunos lo llaman destino!

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