Varios días pasaron desde que volví del Lago Strobel, y todavía sigo recordando los piques de las arcoíris plateadas que viven allí. Un cast hacia el centro de la bahía de aguas cristalinas donde las truchas están a la vista. Luego, strippear la mosca de manera muy lenta. Una ligera tensión se produce en la línea. Una clavada suave, y ¡bum! Comienza la batalla con otra gran trucha que saltará y correrá por varios minutos.

Visité el lodge Estancia Laguna Verde durante la última semana de noviembre para pescar el lago Strobel, el río Barrancoso y el arroyo Moro junto a Nick Reygaert, de Gin Clear Media, y colaborar en la realización de un video sobre la pesca en estas tierras perdidas en el sur de la Patagonia argentina.

Nuestra primera tarea fue la de pescar el río Barrancoso, que alimenta el lago. Junto a Martín Robino, gran guía y compañero, dejamos el lodge para llegar al río unos minutos más tarde.

El Barrancoso parecía un típico río de montaña de tamaño medio, pero allí podíamos ver enormes truchas arcoíris en cada uno de sus pozones. Comenzamos nuestros intentos probando imitaciones de ratones para tentar a las truchas a subir, pero ese día no había forma de hacerlas tomar en superficie, por lo que decidimos atar ninfas y streamers a nuestros leaders y así dar con las primeras capturas. Aquellas enormes arcoíris que tomaban los engaños sin tapujo estaban presentes prácticamente en todos los pools que visitábamos a medida que caminábamos aguas arriba en las empinadas cuestas del cajón del Barrancoso.

Una vez llegada la tarde del primer día, cerca de la última hora, llegamos a un spot conocido como Long Pool. Allí hicimos algunas pasadas y en un rato pudimos sacar un par de las conocidas grandes de este río para coronar un primer día inolvidable.

La mañana del día siguiente la dedicamos a pescar algunos pools ubicados aun más arriba, que nos habían quedado pendientes. Nick quería capturar con su cámara los piques de aquellas gigantes al tomar secas, por lo que probamos con moscas tipo Chernobyls y Fat Alberts para finalmente lograr varias tomadas (que seguramente se verán increíbles en la pantalla grande).

Por la tarde llegó el momento de visitar el Arroyo Moro. El día se había teñido de negro y el viento arreciaba, por lo que pescar las correderas y pequeños pozos del Moro era la mejor opción. Hicimos turnos pescando un pool cada uno y nos divertimos mucho encontrando verdaderas sorpresas en esas aguas bajas y serpenteantes. Allí tampoco había relación entre el tamaño del cauce y sus truchas. En esas ásperas y primitivas tierras del sur de la Patagonia uno tenía la sensación de que alguien había alterado las proporciones.

Pasé las primeras dos noches escuchando relatos sobre las truchas del lago. Durante la cena se compartían palabras, cifras y cantidades que parecían irreales, por lo que no podía esperar a pescar allí.

La primera bahía que visitamos fue la conocida Mosca Seca (o Dry Fly), donde podíamos ver un gran grupo de truchas en el agua completamente cristalina.

El juego en el lago era otro: vientos más fuertes, algunas olas, equipos potentes y moscas muy pequeñas. Me apuré para armar mi caña #8 cuando Martín ya estaba pinchando una de las buenas. Cuando ingresé al agua, até un pequeño scud naranja (una mosca atada por Marcelo Morales que generó mucha curiosidad en mi grupo) y comencé. Tras recoger muy lentamente (hacer la figura del 8 también es muy efectivo) clavé mi primera plateada del Strobel. Después de la furiosa corrida inicial pude entender rápidamente por qué este lago adquirió su reputación. La fuerza, la resistencia y las destrezas aéreas de esas arcoíris realmente marcan una diferencia frente a las truchas de otros ambientes.

Los días siguientes los dedicamos a conocer otras bahías del Strobel: Tasmania, El Puesto, Cocoon, El Dedo (Finger)… En todas encontrábamos estas poderosas plateadas pescándolas de distintas maneras. Muchas salían con imitaciones de scuds pero otras las lográbamos con pequeñas ninfas clásicas, streamers chicos, grandes para las costas con olas, e incluso pescamos con moscas secas a las truchas que patrullaban las bahías calmas. En mi opinión, ese es otro de los puntos fuertes de Strobel: uno puede elegir cómo pescarlo, puede probar las técnicas o estilos que más le diviertan. Y, la mayoría de las veces, el resultado va a ser el mismo: una trucha de las grandes.

El último día de pesca en Laguna Verde llegó después de varios momentos inolvidables. Martín, Nick y yo decidimos que pescaríamos otras bahías del lago y luego iríamos al río Barrancoso para terminar nuestro trabajo.
Era otro día de sol en los páramos de la Patagonia sur. Los días pasados habíamos pescado truchas enormes tanto en el lago como en el río, habíamos disfrutado los servicios del lodge y compartido la semana con un grupo de muy buena gente. Esa última tarde soleada, estando en la sección media del río, pescando truchas chicas con una caña #5, me di cuenta de que podría haberme quedado allí por muchísimo tiempo.


Agradecimientos: Luciano y Roberto Alba, Martín Robino, Nick Reygaert, y al equipo de ELV.

Equipamiento: caña SAGE Method #8. Reel SAGE 6080. Línea #8, GPX floating de Scientific Anglers.

Acerca del lodge: Estancia Laguna Verde está ubicado a unas cinco horas desde el aeropuerto de Calafate. El lodge y sus servicios son de nivel internacional, así como el staff y los guías, que conforman un grupo de personas realmente muy amigables. Strobel es un tesoro contemporáneo de la pesca con mosca. Para más información sobre Estancia Laguna Verde, pueden hacer clic aquí: https://www.flydreamers.com/en/travel/lodge/estancia-laguna-verde-l-16