Hicimos un viaje exploratorio por los ríos de Costa Rica y Nicaragua en busca del Jungle Tarpon.
El tarpon migratorio sube desde el Océano Atlántico por más de 200 kilómetros de río para alimentarse, desovar y luego regresar al mar.
Este es un destino para aquellos que le gustan la aventura, la pesca de grandes tarpones y el desafío.
En estos ríos de selva, con estructuras y situaciones más asociadas a la pesca de dorados y tucunares, habitan tarpones que rondan entre las 100 y 200 libras de peso.
La pesca se hace sobre barrancas, palos, puntas de islas y demás estructuras que se presentan en estos ríos rodeados de monos, tucanes y una selva húmeda, donde es común ver cacerías de sardinas con peces que vuelan por todos lados. Todas situaciones que nos recuerdan a la pesca de dorados y tucunarés, pero del otro lado están estos gigantes tarpones que una vez clavados presentan el verdadero desafío.
A diferencia de la pesca en aguas saladas como en lo flats donde el Tarpon tiene espacio donde correr, acá debemos frenarlo con fuerza para que no se meta en los palos y con grandes riesgos de cortes y rotura de anzuelos.
Hay más especies que habitan en estas aguas, como son los Guapotes y los Snook, pero el principal atractivo son los grandes tarpones.
No se ven muchos tarpones pequeños y algo muy particular es la existencia de ejemplares residentes, estos son grandes hembras que se quedan todo el año en el río y se las distinguen por el color rosado que toman en sus laterales.
Los equipos deben ser potentes, siendo el #12 el ideal para frenar estos gigantes plateados, pero castear todo el día estos equipos es muy agotador y es por eso que además se recomienda llevar un equipo #10 para descansar.
Este destino no es recomendable para aquellos pescadores con poca o ninguna experiencia en la pesca de tarpones. El Jungle Tarpon es una aventura por momentos agotadora pero es un desafío de grandes emociones.
