GENERALIDADES

Las diferencias morfológicas entre truchas machos y hembras son apreciables con mayor facilidad cuando estos ejemplares alcanzan una edad adulta, y por lo mismo logran su madurez sexual. En la etapa juvenil de estos peces, las diferencias entre machos y hembras son casi imperceptibles de definir, ya que son muy similares y rara vez los pescadores se preocupan de identificar a los ejemplares que han capturad
 
Para diferenciar el sexo de los peces, hay algunas formas técnicas, a veces muy complejas, y otras no tanto, que simplifican notoriamente este trabajo. Dentro de las primeras están los caracteres sexuales una vez que los peces comienzan a madurar.  Las truchas hembras no deforman la cabeza, el vientre de las mismas es mucho más abultado y el color de los ejemplares no resalta demasiado.  Por su parte, los machos, cargados de hormonas, y al contrario de las hembras, deforman notoriamente la mandíbula, lo que es muy característico en las farios o marrones, mientras que en las arcoiris es más común apreciar un alargamiento de la mandíbula, en lugar de la deformación.  El color de los machos se vuelve vívido y resalta más,  mientras que en las farios el color es mucho más pronunciado que en la arcoiris.  

Todas estás características son generales para los peces y no responden a factores ambientales, donde claramente los peces pueden tomar algunas formas  muy particulares que escapan de las generalidades.   Todos estos factores que he señalado son apreciables a una edad avanzada de las especies. 

En ejemplares menores, un punto en el que debemos poner especial atención para distinguir un ejemplar macho, es que por lo general estos desarrollan la protuberancia de la punta de la mandíbula inferior desde pequeños. Por otro lado, el opérculo o aleta pequeña del lomo es ligeramente más alargado en el caso de los machos.   Para visualizar estas diferencias, se requiere de un ojo entrenado, el cual debemos ejercitar y cultivar día a día, para que esta tarea nos sea mucho más rápida y simple.  


HAY DOS FORMAS DE REVISAR EL SEXO DE LA TRUCHA   


1) Revisar el hocico de la trucha

Quizás la mejor manera de distinguir el sexo de una trucha es examinar  su boca.  Todas las trucha hembra tienen una nariz o maxilar superior corta y redondeada, mientras que los ejemplares masculinos tienen un hocico más alargado.  Si la trucha tiene en la mandíbula inferior señales de un kype (mandíbula de gancho), claramente y con seguridad es un macho. A pesar de que la boca de las truchas hembras se hacen más grandes en la medida que aumentan de tamaño y envejecen, jamás les crecerá un kype en su boca. Cuando los machos alcancen la edad de madurez sexual, comenzarán a crecer en su hocico un kype muy pronunciado y notorio. Al principio, en sus primeras etapas de vida, éste elemento sólo será un signo sutil, pero muy revelador para identificar el sexo de los ejemplares.  Es importante señalar que, incluso para las truchas que aún no han alcanzado la madurez sexual, un pescador puede revisar la boca de los peces y sacar conjeturas de lo mismo.  Si la mandíbula del pez tiene una forma uniforme, con una nariz corta y redondeada, puede concluir que es una hembra;  mientras que un hocico alargado con indicios de protuberancia en la punta de la mandíbula, es clara señal que se trata de un ejemplar macho.  

2) Analizar la aleta anal de la trucha  

Para mi gusto, esta es la forma más simple de identificar el sexo de una trucha.  Tanto hembras como machos, ya sea para ejemplares de farios como arcoiris, tienen aletas anales que los diferencian, algo que se pronuncia con la madurez sexual de los peces.  Un ejemplar macho tendrá una aleta anal ligeramente convexa [en esta forma "(" ],  mientras que la aleta anal de una hembra será de forma ligeramente cóncava   [ en esta forma ")" ]. 

Esta forma de identificar machos de hembras es muy fácil y rápida de realizar, por lo que sólo debe levantar ligeramente la trucha sujetándola desde la cola y podrá verificar cuál es el genero de la trucha que acaba de atrapar.