Explorar cuidadosamente las orillas y colas de los pools profundos o los bordes de los runs y correderas es la forma más segura de encontrar una trucha grande, porque estos son sitios favoritos de cacería.
Hace poco, viendo un video europeo acerca de mayflies y truchas marrones volví a entender la absoluta importancia de las aguas bajas cuando buscamos truchas grandes.En el film, un grupo de marrones, tal cual lo hacen en nuestras aguas, trabajaba como un solo individuo para juntar y acorralar un cardumen de alevinos contra la orilla.Tardaron un rato en apiñar los alevinos en el agua baja y una vez logrado esto se concentraron en atraparlos uno a uno.Es evidente que en una zona de aguas más profundas habrían tenido grandes problemas en procurarse una comida decente si pensamos en la increíble agilidad y velocidad de los alevinos al escapar cuando tienen espacio.
Las truchas grandes, como los dorados, saben que acorralando los peces chicos contra la orilla aumentan sus chances de lograr un bocado y lo mismo nos pasa a nosotros cuando queremos agarrar algún pescadito con la mano, sin la ayuda del agua baja o las piedras estamos perdidos.Sin duda todos hemos espantado un buen número de truchas grandes al caminar por las orillas en aguas tan bajas que apenas alcanzaban para taparles el lomo, pero seguimos sin prestar demasiada atención a esos sitios. Sencillamente, viejas tradiciones nos llevan a pescar aguas más hondas.
En el río Quillén, sobre todo en la parte cercana al río Aluminé, constantemente veo grandes arco iris y marrones alimentándose a escasos centímetros de la orilla, con las aletas dorsales y puntas de la cola asomando lentamente en la superficie. Una ninfa semi ahogada no falla si estamos atentos al movimiento de la trucha porque la tomada va a ser muy suave.
Algo similar pasa cuando enfrentamos mantos de algas con pequeños y angostos canales paralelos a las orillas, las truchas buenas se ubican en ellos mostrando las aletas cada vez que suben a buscar algo. Una seca de CDC o emergente resultan perfectos cuando la vegetación impide el trabajo de ninfas y otras moscas.
Históricamente convencidos que las truchas grandes solo se ubican en la profundidad de los pozones, un buen número de mosqueros olvidan las aguas bajas donde la mayoría de las truchas grandes busca su cuota de peces pequeños y otros organismos.
Las truchas grandes son capaces de nadar en aguas asombrosamente bajas cuando persiguen algo que les interesa, y es en las aguas someras donde encontramos las ninfas y crustáceos de mayor tamaño, por lo que tenemos que empezar a pensar con cuidado antes de invadir la orilla para lanzar al medio o al otro lado.
Es cierto que no todas las orillas van a tener una trucha grande, pero hay detalles que pueden guiarnos para encontrarlas.
Las aguas bajas en la cola de los pools profundos pescadas en el momento perfecto para una trucha grande, con poca luz, son un clásico.
No siempre lograremos el pique, pero con seguridad muchas grandes comen allí. 
Todos los pools importantes tienen una o varias truchas trofeo pero difícilmente las haremos picar en el cuerpo principal del pool a menos que haya una buena tormenta o muy poca luz. Los bordes del pool, la cola y la cabeza son los puntos donde tenemos que prestar máxima atención usando equipo y moscas que funcionen naturalmente en ese tipo de corriente y profundidad.
Hay un pool hondo y extenso, de orillas altas y rocosas en el río Pulmarí, donde podemos ver sin ser notados la actividad de las truchas grandes. 
Escondidos entre las grandes rocas para no asustarlas pronto veremos truchas grandes comiendo en las orillas, la cola y la cabeza del pool. Si las asustamos, rápidamente se retiran al agua honda dejando de alimentarse.
Incluso en los lagos, los pedreros bajos y playas rocosas tienen truchas buenas porque allí hay mucha comida en la forma de alevinos, ninfas y cangrejos. 
Donde un agua baja coincide con agua honda o escondites cercanos tenemos que prestar mucha atención, porque el agua baja es la mesa donde irán a comer las grandes de la zona y en ese momento son vulnerables si no descubren que estamos allí.
En los pockets, nos asombraremos al encontrar truchas en pasadas de aguas que escasamente tienen el ancho del cuerpo de la trucha, y los bordes de rápidos y runs donde el agua corre algo más lenta son sitios que no fallan.
Antes de pescar una corredera nunca dejo de probar prolijamente los bordes y es donde generalmente consigo las mejores truchas. La línea de agua que marcan la diferencia entre el agua rápida de la corredera y la más lenta de la orilla es una zona caliente donde encontraremos truchas buenas todo el tiempo, especialmente cuando la divisoria de aguas está sobre el veril de piedras. Atractors como las PMXs son perfectas para estas líneas de corriente, o un buen cascarudo que pocas veces falla en levantar una marrón importante.
En las colas de agua lenta que encontramos a continuación de muchos pools grandes las truchas buenas toman posiciones fijas o se mueven recorriendo un perímetro que cuidan espantando rápidamente a cualquier trucha menor que ose entrar. Es común verlas en esta actitud aun en horas de mucha luz. 
Como dijimos antes, temprano por la mañana o al atardecer son momentos perfectos para pescar muchas aguas bajas pero tengo resultados muy buenos pescando las orillas con plena luz usando imitaciones de terrestres, principalmente cascarudos grandes, y especialmente los dos primeros meses de la temporada.
Encontraremos aguas rápidas y bajas que corren sobre un lecho de piedras que aparentemente no ofrece resguardo alguno, sin embargo muchos que han flotado ríos como el Aluminé y el Collón se habrán sorprendido por la abundancia de truchas que podemos encontrar en un flat donde el agua apenas llega a media pierna. 
Cuando pescamos flotando un río o lago, una gran proporción de los lanzamientos va dirigida a la misma orilla y los piques se producen antes de que la mosca se aleje mucho de ella. Es curioso que por tradición los pescadores que vadean pescan más el medio que su orilla desperdiciando oportunidades de sacar truchas grandes sin tener que castear al otro lado con todos los problemas de manejo de línea que ello trae aparejado.
Sabiendo que muchas truchas se ubican muy cerca de la orilla es muy interesante desarrollar la habilidad y las técnicas para pescar tirando a la orilla, ya sea desde la costa misma, entrando muy poco al agua o vadeando hasta el medio y casteando desde allí a la orilla. Me he forzado a pescar mi orilla dejando los waders en la camioneta; al no poder entrar al agua tenemos más posibilidades de mirar, escondernos y ver lo que pasa en ese mundo de agua baja que siempre pisoteamos.
Una de las ventajas de pescar las aguas bajas es que las truchas van a estar muy cerca de la superficie y muy dispuestas a subir a un ofrecimiento que flota.
Es una feliz circunstancia para los que preferimos pescar con líneas de flote la mayor parte del tiempo y disfrutar el pique en agua baja, donde vemos todo el cuerpo de la trucha en el momento de la tomada. 
Quién no recordará la ola producida por una marrón grande en agua bien baja al ir a buscar la mosca, son cosas que no se olvidan con facilidad.
Las migraciones de alevinos que se dan por ríos como el Collón Curá y Caleufu son un ejemplo perfecto de truchas grandes cazando en grupo en aguas inconcebiblemente bajas. Los alevinos suben o bajan la corriente a centímetros de la orilla. La mosca debe imitar este comportamiento porque de otro modo ni la miran. 
Al pescar nuestra orilla podemos encontrar algunas dificultades que no se dan cuando lanzamos a través de la corriente. Frecuentemente tendremos que lanzar aguas arriba colocando la mosca a escasos centímetros del borde. Este tipo de lance es más sencillo si usamos moscas secas o ninfas suspendidas muy pocos centímetros abajo de un micro indicador. Pescar streamers de esta manera, casteando río arriba, no es sencillo en los ríos chicos donde hay algas y ramas cerca de la orilla, pero sí podemos intentarlo en ríos más grandes con fondos solo de rocas usando preferentemente streamers pequeños, finos y livianos para no espantar a los peces. Es diferente el ruido de un streamer pesado al de una seca de foam, el primero espanta sin remedio y el segundo les hace perder todo cuidado, por eso atentos con el ruido de la mosca en poca agua, hay que usarlo a nuestro favor. 
Lanzando aguas arriba todos los sedimentos que levantemos al caminar no afectarán a los peces y al mismo tiempo el vuelo de la línea y el leader será menos notado.
Mi mosca favorita para pescar orillas durante Noviembre y Diciembre es un cascarudo negro de foam con panza de pavo real atado en anzuelo número 6 con patas de goma de silicona verde oliva, largas y ondulantes. Nunca falla en levantar marrones y arco iris buenas en los sitios más inverosímiles.
Más adelante en la temporada suelo usar atractors más livianos como la Royal PMX o similares, moscas secas tradicionales como la Adams normal y mosca de CDC con poco CDC. Una bola de CDC flota bárbaro pero pesca poco o nada.
Las hormigas de foam son infalibles durante la temporada entera y muy efectivas en el otoño, cuando los pulgones del sauce abundan. 
Tal vez los dos cuerpos separados de la hormiga simulen un par de pulgones viajando casi pegados, nunca lo sabremos ciertamente pero la teoría parece sólida y funciona sin altibajos, temporada tras temporada. Cuando duden con truchas comiendo cerca de la orilla o atrás de ramas prueben una hormiga de foam, digamos en anzuelo 16, se van a sorprender con los resultados.
La Royal Wulff con su cuerpo partido en dos por la banda de floss rojo es otro atractor muy eficiente, con el volumen adecuado, para imitar muchos insectos de tierra.
Es importante hacer notar que las aguas de las orillas son las arenas movedizas de los insectos terrestres. Caen por centenares sin que nos demos cuenta y no solo de saltamontes estamos hablando. Hormigas, chinches, cascarudos, orugas, son solo una porción de un menú especialmente variado que las truchas aprovechan todo el día.
De tanto en tanto otros terrestres entran en la dieta de las truchas que patrullan las orillas, el más notorio es el gusanito del sauce que produce una actividad furiosa en las truchas. Lejos han quedado los tiempos en que un simple anzuelo cubierto con vernille verde fluorescente bastaba para vaciar un sauce de truchas.
Hoy tenemos que sofisticar hasta al simple gusano probando diferentes tamaños, tonalidades, formas y velocidades de hundimiento cuando no usamos variedades flotantes. Hoy llevamos una caja especial de gusanitos en vez de un par de gusanitos en un compartimento de la caja; los tiempos cambian.
El terrestre favorito históricamente es el saltamontes. En zonas donde el pasto alto acaricia las orillas al compás del viento, el saltamontes por largos períodos reina supremo.
Pescar con saltamontes nos enseña mucho sobre el fino oído de las truchas, ya que -aún sin verlo- cuando un saltamontes aterriza en la superficie con el ruido característico, las truchas no tienen problemas en dar una vuelta rápida para ir a buscarlos una buena distancia.
El sonido que haga nuestra mosca al caer tendrá propiedades mágicas si lo utilizamos bien, y para lograr el tono justo es importante experimentar con moscas de diferentes materiales. Los viejos hoppers de pelo y pluma de la época de Joe Brooks como el Joe´s Hopper resultan poco efectivos comparados con hoppers más modernos por la falta de ruido correcto cuando caen al agua.
El sonido en el agua viaja cinco veces más rápido que en el aire y no hay duda de que es importante para los peces, para detectar la caída de insectos de tierra o huir de un pescador chambón que vadea sin cuidado y esto es más acentuado en sitios poco pescados. Si hay muchos pescadores, las truchas aprenden a tolerarlos como hacen con vacas y otros animales pero también aprenden a evitar la mayoría de los engaños que les presentan.
Al pescar aguas bajas raramente tendremos más de 50 centímetros de profundidad, algo que torna inútiles a la mayoría de las moscas que se hunden rápido. Todo lo que flote o navegue parcialmente hundido o suspendido será particularmente efectivo y no vale la pena intentar con una mosca pesada que no va a funcionar, corriendo el riesgo de espantar una trucha buena que puede ser la única del lugar.
En ríos como el Malalco, una diminuta Pheasant Tail atada como la original de Frank Sawyer resulta infalible, sobre todo si nos ponemos duchos para pescarla sin indicador, engrasando el leader hasta unos 5 centímetros antes de la ninfa para usar el último tramo del leader como indicador.
El movimiento de la trucha marca el pique pero igual es importante vigilar justo el punto donde el leader penetra la superficie del agua. En ese punto, en la superficie del agua se produce una depresión en forma de cono invertido fácil de ver y vigilar. 
Cuando ocurre un pique vemos cómo el leader corre hacia abajo desapareciendo el cono que se marcaba en la superficie, señal que algo ha detenido la ninfa. Obviamente estamos hablando de aguas de superficie lisa como en las colas de los pools y flats.
Es muy recomendable usar monofilamentos oscuros y sin brillo para evitar cualquier sospecha de parte de las truchas, el monofilamento oscuro en mi caso se ha convertido en una herramienta indispensable en la pesca fina de secas y ninfas.
Las imitaciones de cangrejos no son fáciles de pescar en orillas muy bajas, ya que al recuperarlos a los tirones imitando el movimiento de las pancoras las sacaremos rápidamente de la zona baja por lo que reservo su uso para la cola de los pools donde una zona mayor permite trabajarlas bien y los resultados son brillantes, sobre todo a última hora. Para no asustar a las truchas suelo usar imitaciones de pancoras en anzuelos chicos, como máximo número 6, guardando las imitaciones grandes para otras aguas. Una mosca que llega suave al agua en estos casos parece ser importante.
Una trucha grande en aguas bajas siente el peligro a flor de piel y huye a las profundidades al menor indicio de algo raro. Un acercamiento lento y deliberado es esencial y por eso prefiero, como dije antes, pescar lanzando aguas arriba. Un detalle importante es tratar de agacharnos lo más posible, elegir una trucha y castear con la caña lo más baja y horizontal que nos sea posible. La línea asusta menos si vuela bajo.
Cuantos más falsos cast necesitemos, más posibilidades hay de espantar todo, por lo que es fundamental un equipo cómodo y balanceado y una línea que corra bien.
Si la línea es lisa un poco de line shoot antes de entrar al agua facilita enormemente los lanzamientos. Antiguamente, las líneas se engrasaban prolijamente para que corrieran bien y eran del mismo material que usamos hoy, PVC.
Aun las líneas con textura funcionan mejor con un poco de line shoot, por más que el fabricante de la línea nos diga que no necesitamos lubricarla. Hoy la línea de flote se usa menos que la de hundimiento y algunas costumbres se van perdiendo, engrasar la línea -lejos de afectarla- elimina la suciedad superficial que frena el tiro, disminuye el coeficiente de fricción notablemente y no daña la cubierta de la línea que sigue siendo de PVC como en los años setenta.
Pescando aguas bajas tenemos que hacer todo lo posible para que el primer lance sea el bueno y una línea que corre y obedece, como es debido, al double haul, ayuda mucho.
En aguas bajas podemos acercarnos un poco más a las truchas antes de que nos vean, por esas cosas del fenómeno de la refracción de la luz en el agua y la posición de la trucha respecto a la superficie; recuerden lanzar con la caña bien baja, de costado si es posible.
Mirando aguas arriba es más fácil pescar la orilla izquierda para un lanzador diestro, ya que lanza del agua a la costa y puede inducir una curva en el leader o un reach en la línea y leader para que solo la mosca pase sobre la trucha.
Pescando la orilla derecha la situación cambia radicalmente y es imprescindible dominar el lance cruzado sobre el hombro izquierdo, siempre en el caso de un pescador diestro.
En algunos sitios donde la profundidad y la corriente son moderadas podemos entrar al medio del cauce y pescar las orillas cómodamente lanzando como si estuviéramos en un bote. En este caso podemos ir río arriba, pero también podemos bajar la corriente. Lo que desprendamos del fondo no irá directamente a las truchas y podremos pescar río abajo usando especialmente el reach cast para presentar la mosca primero, algo que no falla ya que las truchas ven la mosca antes que el leader y la línea.
En las aguas bajas de los pockets, si vadeamos con cuidado podemos acercarnos mucho a las truchas al punto que en muchos casos estaremos pescando prácticamente con el leader. Esto permite un manejo muy preciso de la mosca y en el caso de las ninfas podremos ver el artificial y actuar cuando vemos tomarlo.
Las costas de barranca con abundante pasto son fantásticas para asomarnos con cuidado y mirar a las truchas, pescarlas es otro cantar si pensamos actuar desde la barranca como suele ser necesario cuando el agua está alta.
Nunca voy a olvidar tardes enteras en el Aluminé, mientras esperaba las balsas, porque ese día me tocaba hacer la parte terrestre. Sin waders y con solo una caja de ninfas y gusanitos me instalaba sin ser visto en alguna costa alta, muy quieto entre las ramas. Todo se reducía a esperar las buenas arco iris y marrones que continuamente patrullaban pegadas al borde. Bajando la caña lentamente, solo la mosca y el tippet entraban al agua. La respuesta de las truchas era inmediata y los cortes cuando la caña se enredaba en las ramas también, pero qué buenas horas pasaba antes de ver las balsas doblar la curva del río donde las esperaba.
Todos mantenemos vivo el deseo de medirnos con una trucha que realmente ponga a prueba el equipo, algo que sucederá con más frecuencia de lo que piensan si aprenden a jugar el juego de las aguas bajas.