Biografía de José “Pepe” Navas
Observador incansable de la naturaleza, crea numerosas moscas, como Morín, Ciervo, Dalila, Hormiga, Eslava, Marrón, Julieta, Ninfas... La Matona contribuye a difundir la pesca con mosca en el país. Acompaña como guía a pescadores, capitaliza sus consejos
Biografía de José "Pepe" Navas
Nació en Pigüé, Pcia. de Bs.As. el 25 de Junio de 1913, hijo de Don José Navas y Dionisia San Román.

Desde chico ayudaba en la carpintería de su padre y aprendió el oficio. Comenzó a pescar a los seis años, en los arroyos de Pigüé, con carnada.

En 1935 va a trabajar a Neuquén Capital, como carpintero. Pesca sus primeras truchas en el río Limay con cuchara. En 1937 su tío, comisario de Aluminé, le ofrece construir unas oficinas para la comisaría, y va como empleado de la gobernación. Así comienza a tener contacto con los ríos del sur, y empiezan sus primeras pescas. Conoce a varios pescadores, la mayoría extranjeros, se construye su propia caña y sus primeras moscas. Para ello comienza una observación y análisis de todo el ambiente, vida en el agua, pájaros, cambios climáticos. etc., para poder confeccionar las moscas con un cierto criterio. Una de sus primeras creaciones fue la "Matona".

En Quillen tiene contactos con el Sr. Felipe Larriviere y con otros pescadores de mosca. Le proponen construir una cabaña sobre el Lago Meliquina, en unos terrenos que la estancia Gente Grande les cedería para la construcción de un Refugio de Pesadores. En esa época, no había hoteles y los pescadores se hospedaban en las estancias.

Llega a Meliquina y después de recorrer todo el lago, elige el sitio donde sería levantada la casa principal, protegida del viento y con una fuente de agua permanente, el arroyo Blanco Chico. (Pichi Liú, en idioma mapuche). José Navas se queda en el lugar con un ayudante albañil, y comienza por desmontar el campo. Su único medio de movilidad era el caballo: tardaba seis horas en llegar a San Martín de los Andes para buscar las provisiones, y durante el invierno lo hacía en sky.

Construye la cabaña principal, el muelle, un bote, y trae ripio desde la península para formar la playa.

Una vez terminada su tarea, los fundadores del Refugio le ofrecen quedarse como encargado.

Se casa en Pigüé con Emilia Partemi, el 19 de Septiembre de 1945, y juntos se embarcan en la aventura de vivir en medio de la cordillera. Comienzan así una vida migratoria, sujeta a las temporadas de pesca, ya que vivían siete meses en la cordillera y cinco en Pigüé.

Durante los meses de verano pescaba todos los días en algún lugar. Y en el invierno fabricaba moscas, durante muchos años fue el único atador de Moscas en la Argentina.

A medida que pasa el tiempo crece la familia y nacen dos hijas, que deben adaptarse a las temporadas de pesca y esa vida migratoria.

Junto a Emilia, su gran amor, compañera e infatigable trabajadora, formaron una dupla muy especial. Poco a poco, él se fue transformado en profesional de pesca, por su dominio, habilidad y conocimiento. Y su fiel compañera se amoldó al lugar y fue haciendo de él un sitio de autosuficiencia, dónde todo lo que se hacía era de elaboración artesanal.

Construye el resto de las cabañas del club y se conecta con los mejores pescadores del momento, nacionales y extranjeros, como Joe Brook, Jorge Donovan, Charly Buchanan, Bebe Anchorena y muchos más.

Observador incansable de la naturaleza, crea numerosas moscas, como Morín, Ciervo, Dalila, Hormiga, Eslava, Marrón, Julieta, Ninfas... La Matona contribuye a difundir la pesca con mosca en el país. Acompaña como guía a pescadores, capitaliza sus consejos y experiencias, y le enseña a todo aquel con interés en practicar este deporte.

Fue pionero en el preparado del ahumado de truchas.

Estuvieron durante 37 temporadas en el club de pesca Norysur en Meliquina, hasta que su esposa se enferma y deciden retirarse en 1979 y comenzar una vida más distendida.

José Navas sigue pescando durante diez años consecutivos por todos los ríos y lagos del sur. A pesar de haber dejado su tan querido Club Norysur, no podía alejarse de ese lugar que con tanto amor, esfuerzo y dedicación había creado con sus propias manos: "ese era su lugar en este Mundo". Durante años acampa en la boca del río Hermoso en Meliquina, donde era visitado por los pescadores, para comprar sus moscas, escuchar sus consejos y reencontrarse con viejos amigos.

Ya sin compromisos ni obligaciones se especializa en la pesca con Mosca Seca.

Durante los inviernos comienza sus experiencias en la pesca con mosca del pejerrey en las lagunas de la Provincia de Buenos Aires, teniendo muy buenos resultados y creando una serie de moscas especiales para esta pesca.

En 1989 hace un infarto y se recupera, pero no vuelve a caminar por los ríos. Pasa largas temporadas en Esquel, en la casa de su hija mayor y realiza sus incursiones de pesca en la zona.

Es invitado por varias Asociaciones de Pesca con Mosca de diferentes lugares, a dictar conferencias y hacer demostraciones de sus tiros, concurre a Mar del Plata, Bahía Blanca, La Plata. Da varias notas y entrevistas a diferentes medios.

Todos los años mientras vivió en el sur, se encarga de sembrar los alevinos en los ríos.

Construye moscas hasta los 86 años, siempre con el mismo entusiasmo y dedicación. Imaginando la trucha que podría sacar con cada una de ellas.

En el año 2000 sufre un accidente cerebro vascular, que le deja como secuela la falta de sensibilidad en su mano izquierda, con la que ataba las moscas.

Falleció en Pigüé, el 8 de Mayo de 2001 a los 87 años de edad, junto a su fiel compañera Emilia, quien lo atendió y cuidó hasta sus últimos momentos.

Deja una producción de diez mil moscas de todos los modelos, y testimonio escrito de gran parte de su vida, contando sus aventuras, teorías, anécdotas e historias del origen de sus moscas.

Como pocos, hizo de su gran pasión, la pesca con mosca, su medio de vida. Después de una larga existencia, siendo tan auténtico y fiel a sus sentimientos, se sentía feliz y agradecido con la vida, por todo lo que le había dado.


Fuente : Fly Fishing Argentina