El antes y el ahora de las cañas de mosca
En sus principios fueron construidas de caña natural, luego se le incorporaron segmentos (punteros) de distintas maderas, más adelante se construyeron de madera en su totalidad (Greenheart , Hickory, etc.), en paralelo las de split bamboo, se fabricaron además de acero tubular y tras las segunda guerra mundial la utilización de la fibra de vidrio permitió su fabricación a gran escala. En los setenta las primeras cañas de grafito demostraron sus bondades en cuanto a firmeza y liviandad, material que si bien ha sido combinado con otros como el kevlar, el boron y el titanio, sigue siendo en sus distintos tipos (grafito I, II, III y IV), la materia prima base de las cañas actuales.

Dos o más tramos?
Hace unos meses un novel pescador me comentaba “las cañas actuales son maravillosas”. ¿Por qué? -le pregunté- Porque ahora vienen de tres y más tramos… ¿Y antes cómo eran? De solo dos tramos, me contestó con mucha seguridad. Le pedí que me aguardara un instante, busqué un libro inglés sobre antiguos equipamientos de pesca y pude ver entonces su cara de asombro cuando le mostré unas fotos de cañas de mosca confeccionadas en madera, de seis, ocho, diez y once tramos (algunas con una o dos punteras de repuesto) de mediados de 1800.
Lo que sí es cierto es que las cañas construidas antes de los setenta tenían enchufes de metal los que alteraban la curvatura de la vara. Además, si eran de más tramos la suma de los enchufes repartían a lo largo de la vara un peso tal que ablandaba su acción.
A fines de los sesenta la marca americana Fenwick inventa y aplica en sus cañas de fibra de vidrio el enchufe “fibra a fibra” lo que causó una verdadera revolución ya que fue la base en la construcción de las cañas de más de dos tramos actuales, evitando el peso de los enchufes metálicos, manteniendo su natural rigidez y logrando una curvatura perfecta de la vara. A todas estas ventajas se le suma la facilidad de traslado, acortando los molestos largos tubos de protección que casi nunca entraban en el baúl de los autos, obligándonos a viajar incómodos con ellos atravesados en el habitáculo.

Las cañas según su uso:

1) Livianas (para líneas 1 a 4): Es lógica la elección de éstas cuando el pescador pretende frecuentar ríos y arroyos de poco caudal, desarrollando una pesca sutil con moscas muy pequeñas (secas y ninfas) y capturando peces que en su mayoría no superan el kilo. Esto no significa que con estas cañas no se puedan sacar peces de mayor tamaño, pero seguramente el combate durará demasiado tiempo con el consiguiente agotamiento de la presa, lo que podría causarle la muerte. Además, al utilizar una caña demasiado liviana no tenemos tracción y uno termina peleando con la correntada y no con el pez.


2) Medianas (para líneas 5 y 6): Son, al menos para la Patagonia, las cañas más versátiles ya que nos permiten disfrutar peces pequeños y defendernos bastante bien con otros de mayor tamaño, digamos que hasta dos/tres kilos. Superando estos pesos comenzamos a tener los mismos problemas de agotamiento del pez por falta de tracción.

3) Pesadas (Líneas 7 a 9): Son usadas en ríos muy caudalosos cuando uno busca realmente truchas grandes o para la pesca de dorados y otras especies en el norte. Podemos con ellas lanzar moscas voluminosas o muy pesadas a gran distancia, permitiéndonos además vencer fuertes vientos.
El poder de estas cañas nos permite varar o arrimar grandes peces a la embarcación, a pesar de las fuertes corrientes que vencerían a otros equipos más livianos, prolongando innecesariamente el combate.

4) Cañas más pesadas (líneas 10 a 12): Estas son el límite de potencia en la mayoría de las marcas. Se utilizan para pesca pesada en el mar. De poca utilidad en nuestras aguas (aunque sé de pescadores que las han utilizado para intentar sacar grandes dorados en aguas muy rápidas, o salmones Chinook en Chile.

5) Cañas muy poderosas (líneas 13 a 16): Extremadamente rígidas (lo más parecido a un taco de billar). Son utilizadas para pesca pesada en el mar (tarpon , pez vela, marlin), peces muy poderosos que en algunos casos superan los 100 kilos de peso. Con estas cañas se efectúa el lanzamiento sólo cuando el pez está a la vista del pescador.

6) Cañas de dos manos: Estas larguísimas cañas fueron muy utilizadas para la pesca del salmón a fines de 1800. Quedaron un tanto relegadas cuando se perfeccionaron las líneas de seda enceradas y luego las sintéticas, con las cuales se pudieron lograr lanzamientos más largos con cañas de una mano.
Eran construídas en distintas maderas y en split bamboo, con largos de hasta 17 o más pies (La marca Inglesa Hardy tenía el modelo “Champion Salmon Fly” de split bamboo de 17´9” que se fabricó hasta 1924) Muy pesadas y blandas, estas cañas requerían que el pescador tuviese brazos bien entrenados.
A principios de los noventa y luego de varias décadas de olvido, las cañas de dos manos resurgieron con gran aceptación, ya que, fabricadas en grafito, son de acción firme y muy livianas. Los lugares donde más se las usan en nuestro país, son en el Río Grande de Tierra del Fuego y el Gallegos para pescar marrones migratorias (sea run) y en el Santa Cruz para las arco iris migratorias (steelhead).

Accesorios de las cañas de mosca:

1) El grip: Es lo que comúnmente llamamos “mango”. En sus principios eran construidos en madera y algunos hasta eran recubiertos con ratán. Luego se introdujo el corcho y en los sesenta se incorporaron los de neopreno, los que no han tenido continuidad.

Pero el material por excelencia sigue siendo el corcho. Además de ser muy liviano, se lo siente anatómico, agradable al tacto, antideslizante, atérmico y es muy estable y duradero (he tenido en mis manos cañas de más de setenta años cuyo mango de corcho parecía recién construido. Desde ya que la calidad del grip depende del costo de la caña; en las muy económicas el corcho suele tener bastantes perforaciones que son rellenadas con una pasta de corcho molido con algún adhesivo (las que tras varios lavados suelen desprenderse). En las más costosas el corcho es preseleccionado y prácticamente no tienen imperfecciones. Viejas cañas de fibra vidrio de bajo costo, tenían mangos de corcho aglomerado enterizo (como algunos corchos de botellas de vino).

Los grips tienen distintas siluetas y largos de acuerdo a su función y medida de la caña. Si Ud. observa los catálogos leerá nombres como “cigar”, “torpedo”, “half wells”, “reversed half wells” etc, con los que se denominan las distintas siluetas de estos mangos.
Más allá de su forma y supuesta función, lo que sí creo más importante es que el diámetro del mismo se adapte a la medida de la mano de quien la va a usar. Es recomendable rebajar (con lija) el diámetro de algunos grips de cañas cuyos dueños/as tengan las manos pequeñas, ya que al empuñarlos la mano queda demasiado abierta y resultan muy incómodos. Este rebaje hay que hacerlo en forma gradual e ir probando (para no afinarlos demasiado), hasta que puedan ser empuñados con comodidad. Esta molestia es mayor en los niños de escasa edad, para los cuales casi todos los grips suelen ser muy gruesos.

2) Los pasahilos:
Son componentes clave en la construcción de una caña ya que de la cantidad, tamaño, y su correcta distribución, depende la acción de la vara y el fluido deslizamiento de la línea a través de ellos cuando efectuamos nuestros lanzamientos. Hace tiempo algunas marcas de bajo costo armaban cañas de hasta 9 pies con 5 o 6 pasa hilos solamente, lo que hacía que la línea se frenara bastante pues golpeaba sobra la vara. En la actualidad, por económica que sea la caña, no posee menos de 8 a 10 pasahilos (la cantidad también depende del largo).
Tres son los tipos de pasa hilos que tienen las cañas de mosca:

   a) Stripper: Más grande y grueso que los demás, está ubicado en primer lugar a partir del mango. Suele sufrir mayor esfuerzo ya que la línea roza y ejerce presión constante sobre él durante el lanzamiento y cuando clavamos o peleamos un pez. Al tener mayor diámetro también cumple la función de corregir las pequeñas retorceduras que suele tener la línea al ingresar por éste cuando lanzamos. Las cañas muy pesadas suelen tener dos y hasta tres strippers. Por lo general tienen una montura metálica y un aro de duro material (Hialoy, Titanium Carbide, SiC). En las cañas antiguas de calidad, los aros de estos pasahilos estaban construidos con ágata.

   b) Pasahilos propiamente dichos: Van de mayor a menor en grupos de dos o tres de igual tamaño, reduciéndose el mismo en la medida que se acercan a la punta de la caña. Los más utilizados son los de alambre denominados “snake” (víbora) de una o dos patas con un cromado duro (super hard chrome) o con baño de titanio que los hacen casi indestructibles.
Otros modelos un poco más pesados están conformados por un aro de duro material adherido a una montura metálica de una pata.

   c) Puntero: Como su nombre lo indica está ubicado en la punta de la caña. Está sujeto a un mayor rozamiento durante el lanzamiento por lo que debe ser de la mejor calidad posible. Un puntero deformado o mal diseñado puede dificultar el lanzamiento y hasta dañar la línea. En la antigüedad también se los construía con montura metálica y un aro de ágata.

Es indispensable que los pasahilos sean de buena calidad, ya que, de no ser así, sufrirán un desgaste tal que nos obligará a desarmar la caña para reemplazarlos con el consiguiente costo.

3) Los enchufes: Los más utilizados actualmente son los “fibra a fibra” y los de espiga. Los metálicos son de uso exclusivo en las cañas de split bamboo.

4) El Hook Keeper: Cumple la función de sostener la mosca que estamos utilizando, en los momentos que dejamos de pescar. Aunque los hay de distintas formás, por lo general se trata simplemente un alambre que sobresale en “U” empatillado en la base de la caña, junto al grip.

5) El portareel: Cumplen la función de sostener firmemente el reel en la base de la caña. De su calidad y materiales con los que son construidos depende su costo.

6) Base de pelea (fighting butt): Es una extensión fija o removible gruesa y redondeada que se ensambla en la base del porta reel. Se lo incorpora en cañas para pesca pesada, donde la extracción del pez requiere de mayor tiempo y esfuerzo, con la base de la caña apoyada sobre el cuerpo del pescador.
Hace tiempo, recorriendo con un amigo los laberintos del delta de la desembocadura del río Corrientes, encontramos gran cardumen de doradillos, y no paramos de pescar por un lapso de unas cuatro horas. Hacía calor, por lo cual ambos usábamos remera. Pasadas un par de horas yo sentía una molestia y ardor en el vientre. Al levantar la remera vi que mi panza estaba llena de marcas provocadas por el roce del portareel de mi caña, que tenía un elegante borde de unos dos milímetros de espesor, pero que no era lo ideal para hacer una pesca de ese tipo (en la montaña la cosa cambia ya que las bajas temperaturas nos obligan a utilizar más ropa).


Descripción de las cañas
Cada fábrica describe junto al grip y sobre la vara la marca y descripción de la caña.
Por ejemplo: Scott SAS 906 - 9´0” – 6 line – 3.1 oz.
Esto quiere decir que la marca de la caña es Scott, modelo SAS 906 que corresponde a un largo de nueve pies, tiene potencia para lanzar una línea seis y pesa 3.1 onzas. En algunos casos describen el tipo de material con que está construida la vara y número de registro de serie.

El color del grafito
Es, en todos los casos, de color gris oscuro. Las primeras tenían simplemente una fina capa de barniz incoloro. Luego las distintas marcas fueron incorporando pigmentos a sus barnices logrando colores como el borravino, azul, verde, etc.


El poder de las cañas
Tiene que ver con la capacidad de la caña para lanzar determinado peso de línea. Las cañas van de línea 1 a 16 (desde ya que la uno es la más liviana).
Las marcas más afamadas suelen definir que cada uno de sus modelos está diseñado para “un” peso de línea. Lo que es cierto es que si se la utiliza con una línea un número menor, tendremos la sensación de que la caña es más rígida, y si usamos una de peso mayor ésta se tornará más blanda.

La acción y rapidez de las cañas
Se habla de “acción” cuando analizamos el comportamiento de la vara al ser sometida a flexión;

1) Acción total: Se doblan casi en su totalidad. Cuando lanzamos con ellas sentimos que trabaja hasta el grip. Esta acción en cañas de bamboo denominada hace años como”parabólica”, era sinónimo de una caña lenta.
El grafito ha permitido construir cañas de acción total suaves, ideales para presentar las moscas secas en forma muy sutil y que nos permite defender nuestros lanzamientos aún en situaciones de mucho viento.

2) Acción media: Se doblan de su mitad hacia arriba. Son las más versátiles ya que nos permiten lanzar con fuertes vientos, presentar sutilmente una mosca y tener una agradable sensación cuando peleamos un pez.

3) Acción de punta: Se doblan en el 30% de su extremo. Permiten lanzamientos muy largos, con moscas muy pesadas y enfrentando los peores vientos.
Muy utilizadas para pesca de truchas grandes en ríos caudalosos y dorados en el norte.

La “rapidez” se refiere a la reacción que tiene la vara de la caña para, una vez doblada, volver a su posición natural (recta) independientemente de su acción. Cuanto más blanda es, decimos que la caña es más lenta y cuanto más rígida, decimos que es más rápida.

El largo de las cañas:
Hasta que se torne universal el sistema métrico decimal, las cañas se siguen midiendo en pies (30,48 cm), pero por uso y costumbre, para aliviarnos el cálculo solemos interpretar esta medida como 30 cm.
Es muy difícil recomendar un largo “ideal” ya que las cañas más sutiles y a su vez las más poderosas pueden tener el mismo largo. Las medidas más comunes van de los 8 a 9 pies.
Las más cortas suelen corresponder a las muy livianas, pero a su vez éstas pueden obtenerse en medidas más largas. Como ejemplo podemos decir que hay cañas de 5 pies para línea dos, pero también las hay para la misma línea de hasta casi 9 pies.
Lo que si es cierto es que una caña corta es muy útil cuando estamos pescando en arroyos con densa vegetación, donde nos llevaríamos todo por delante si utilizamos una más larga. Por otra parte, una caña larga es ideal cuando estamos pescando desde un belly boat o vadeando muy profundo, ya que nos ayuda a mantener separada nuestra línea de la superficie del agua, además de permitirnos lanzamientos más largos pues tenemos un brazo de palanca mayor.
Más allá de estas particularidades funcionales, podríamos decir que las medidas más utilizadas por todos los fabricantes de cañas, van de 8 a 9 pies.

¿Va Ud. a comprar su primer caña de mosca?
Este es un momento de incertidumbre para aquellos que deciden comenzar a pescar con mosca ya que su cabeza se llena de preguntas y comienza entonces a investigar… Lo lógico es que consulten con todos sus amigos y comerciantes de confianza sobre cuál es la caña ideal y en consecuencia reciben tantas recomendaciones que al poco tiempo terminan mareados. Es que hay tantas marcas y modelos como gustos de cada pescador, por lo cual toda consulta obtiene como respuesta la subjetiva opinión de cada consultado. Hay fanáticos incondicionales de algunas marcas, otros las recomiendan rápidas (duras), otros de acción media, cortas, largas, en tres o más tramos, por el color, por la terminación, etc, etc, etc……. De todos modos no se asuste pues la cosa no es tan difícil y pronto podrá, si está bien asesorado, obtener la que mejor se adapte a sus necesidades.

Consideraciones para elegir su primer caña:
Más allá de marcas y costos, la primer pregunta que Ud. debe hacerse es qué zona va a frecuentar en más oportunidades durante el año y qué tipo de peces pretende pescar, ya que una elección acertada depende de considerar estas circunstancias.
Tenga muy en cuenta que no existe la caña que sirve para todas las pescas (aunque muchos principiantes digan: “Yo quiero una caña que me sirva para todo”). Y no es que no puedan pescar todo con una sola caña, ya que Ud. puede comprar una muy fuerte y realmente sacar todas las variedades de peces del mundo, pero la verdadera diversión en cualquier modalidad de pesca se basa en un equilibrio entre la potencia de la caña y el tamaño del pez que se pretende pescar. Si la caña no se dobla y no nos hace sentir un tanto indefensos ante el combate del pez, la pesca deja de tener sentido. Ud. sacará muchos peces pero no tendrá ningún tipo de sensación. Y la pesca es una suma de sensaciones.

Lo cierto es que, una vez que la obtenga y más allá de las características de la misma, su primera caña le permitirá aprender a lanzar, fundamental paso para iniciarse en la pesca con mosca.

Costos:
A principios de los setenta poco se sabía en nuestro país sobre pesca con mosca. Se crea la Asociación Argentina de pesca con Mosca a través de la cual se comienza a difundir esta modalidad poco conocida por nuestros pescadores. Reinaban en aquel entonces el split bamboo y la fibra de vidrio, pero ya comenzaban a aparecer las primeras cañas de grafito. Los costos de estas cañas eran tan altos que la mayoría de los pescadores veían a la pesca con mosca como algo prohibitivo.
Hoy en día la cosa ha cambiado y la oferta es más amplia. Las hay de costo elevadísimo y calidad indiscutida por su excelente diseño, materiales de primera en la confección de la vara, una terminación impecable, accesorios (grip, portareel y pasahilos) muy finos, tubo de protección y algo que es muy importante: la garantía por parte de la fábrica, que la cubre ante cualquier tipo de daño. Realmente bellas.
Desde luego que este tipo de cañas está al alcance de todo el mundo, y si bien muchos suspiramos por ellas y las probamos ni bien se nos presenta la oportunidad, no todos están dispuestos (o pueden) a enfrentar el costo.
Como contrapartida también se encuentran en nuestros comercios cañas de menor calidad, las cuales no tienen tanta fama ni garantía alguna, pero sí precios notablemente más bajos. Desde ya que no tienen la calidad de terminación ni los exigentes controles de calidad de las grandes marcas, pero esto no significa que sean cañas “malas” ya que, en general, responden muy bien a la hora de pescar.
No estoy diciendo con esto que no convenga obtener una caña de primera línea (si estuviera a mi alcance las compraría todas), lo que quiero decir es que hay una alternativa para cada bolsillo.
Analice entonces su presupuesto y trate de comprar la caña de la mejor calidad que esté a su alcance. No tome este primer paso como un “gasto” sino como una “inversión”, ya que su primera caña seguramente lo acompañará durante años en decenas de salidas de pesca.

Como cuidar la caña:
Durante su transporte es imprescindible que la misma esté en su funda y dentro del tubo (plástico o metálico) para evitar golpes que podrían romperla y torceduras de pasahilos.
Mantener siempre limpias las hembras de los enchufes, pues si entra tierra o arena suele provocar un desgaste prematuro del enchufe por rayaduras. Si tiene dudas sobre su limpieza Introduzca un trapito (o similar) o sumérjalo en el agua para eliminar las partículas que pudiera contener.
Durante las horas de pesca verificar siempre la alineación de los pasahilos. Si Ud. nota que no están alineados es porque se ha aflojado alguno de los enchufes. En estos casos el enchufe trabaja flojo y suele ser la causa de muchas quebraduras.
Si las utiliza en agua salada, límpielas diariamente con agua dulce para evitar incrustaciones en el portareel.
Cuando apoye su caña en algún lugar, verifique que el viento no la pueda empujar. Un golpe seco sobre las piedras, por inofensivo que parezca, la puede dañar.
No la apoye sobre superficies abrasivas pues puede desgastar el portareel.

Su caña tiene un valor funcional a la hora de pescar y otro material al momento de venderla o darla como parte de pago en reemplazo de otra. En ambos casos Ud. tiene que contar con ella. Cuídela.

Saludos! Mario.