Es muy obvio aclarar que la topografía y amplitud de una cuenca son determinantes en la conformación de un río. No es igual un río de un llano que uno de montaña, uno de lecho arenoso que uno de vertiente entre rocas.
Sin embargo hay características claras de identificar que determinan diferentes posturas de los peces.
Los pozos, por ejemplo, son sectores de un rio de una profundidad mayor que la media de ese rio, donde las corrientes son lentas y anchas. Pueden constituirse en sectores curvos o rectos. Todos, en general, abarcan los tres tipos de posturas. El centro del pozo, cuando supera el metro y medio de profundidad, resulta una clara postura de refugio, donde los peces se sienten seguros, aunque, también resultan pobres en cuanto a la provisión de alimento.
En los niveles bajos de sus riberas y en la cola de los pozos se encuentran las posturas de ceba. Allí hay mas alimento y es mas accesible a su deriva.
En la cabecera, los pozos suelen presentar un labio bien definido donde la profundidad se hace luego repentina. Ese labio es un lugar optimo para colocar nuestra mosca. El alimento deriva rio abajo y al ingresar al pozo se lentifica y pasa a ser observado claramente por las truchas. Si en ese labio la profundidad del ingreso de la corriente no es mayor a 50 o 60 cm resultará una postura de ceba. Si es mayor será una postura preferente porque brinda a los peces alimento y protección. Por otro lado, si la profundidad en el labio del pozo no supera nuestra cintura, nos convendrá presentar ninfas y secas. Si es mayor, quizá la mejor posibilidad la den las ninfas.
También es habitual ver a las truchas en los bordes de las corrientes que ingresan en el pozo, manteniendose en el agua lenta, a la espera de alimento. Con nivel de agua por debajo de la rodilla, es ceba, mas arriba, es preferente (prueba con ninfas y secas), si supera nuestra cintura, solo nos convendrá utilizar ninfas en esta postura preferente.
Si junto al pozo, entra una caída de agua, ubicaremos la posición de la postura preferente justo debajo del ingreso del agua. Tendremos que castear paralelos a la caída del agua, dentro de la turbulencia, de modo que la mosca resulte atraída hacia el fondo.
De acuerdo a su profundidad, las contracorrientes que encabeza un pozo pueden resultar posturas de ceba o preferentes dependiendo de la profundidad y la posibilidad de cobertura.
La confluencia entre la corriente principal y las contracorrientes, es un sector claro de alimentación de los peces. Son lugares de absorción y concentración de alimento en deriva.
Es simple, donde se acumula la espuma, se acumula alimento y, por lo tanto, peces.
Del mismo modo, una orilla cubierta de hierbas, arbustos o arboles, en el sector exterior de una curva suele estar socavada por la corriente y resulta, entonces, una postura preferente. Allí las truchas se sentirán seguras y provistas de alimento.
El análisis de las diferentes posturas posibles de los peces en cada sector estructural del rio, puede facilitarnos la estrategia de pesca. Es conveniente intentar vincular el juego de las corrientes y su relación con la deriva del alimento, con los diferentes niveles de profundidad y la existencia de elementos de refugio a fin de determinar la actitud y modalidad de pesca optima en cada circunstancia. Inicialmente puede parecer complejo, pero el ejercicio reiterado nos facilitará el abordaje y la mejora de nuestros piques nos aportarán cada vez de mayor entusiasmo. Es cuestión de probar......

La fotografía que acompaña en artículo se denomina "Mid Currente" y es del artista fotográfico Tom Stewart