Corría el año 1982, mi primer viaje al sur gracias a Roberto un amigo que había vivido en el Maitén;

de arranque y sin haber pasado por la experiencia previa de la cucharita, mosquero desde el comienzo, pero con menos experiencia en el fly que nadie, el wader de PVC, un vaquero por debajo, dos pares de medias y unas alpargatas con cordones, una caña coreana blanda totalmente, de líneas y leaders ni hablar de medidas, a ojo lo que me parecía , unas lecciones de casteo de parte del ''Mono'' Aubone y un fenómeno de pescador apodado el ''Pollo''.

Saco una trucha Arco Iris de 300 gs. en el arroyito que se forma en el camping municipal de Junín de los Andes (en realidad un bracito del Chimehuín) y ya recibido de mosquero encaro el Malleo abajo a unos mil quinientos metros del puente.

Primera afrenta a mi ego dado que pesqué más o menos quinientos sauces y ramas de los yuyos de la orilla, cansado y sin sacar una mísera trucha, ato una Muddler Minnow a la punta del leader casteo 10 metros de línea, deposito la mosca en el agua y decido dejar derivar la mosca aflojando la línea del reel y dejando que me saque hasta buena parte de la reserva, en eso estaba cuando siento que la línea empieza a salir disparada a una velocidad increíble y conocedor como era en ese entonces pensé: se me enganchó la línea en algún tronco o basura que lleva el río, pensando en que me quedaba sin la única línea que tenía empiezo a recoger ''de prepo'' y en un momento dado se me sale el carretel del reel y se me hace una ''galleta'', siempre en la tarea de recuperar mi línea lo estaba haciendo a mano dado que el enriedo del reel no podía arreglarlo cuando de pronto siento un tironeo en la mano y en ese momento me avivo que lo que tenía en la otra punta de la línea era la trucha que tanto estaba buscando.

Lo que siguió lo imaginarán, en pocas palabras la trucha cortó y se fue y el tamaño de la misma crece año a año que hago este relato a quien tenga ganas de escucharme.

En fin ahora tengo los equipos y la experiencia de unos cuantos años más pero sigo añorando esos años en que con muy pocos recursos y muchas ganas he pasado los mejores momentos de mi vida en contacto con la naturaleza, el fly y los amigos.

por Raúl Ernesto Angeloni