Gordo, reserve para el 3 de diciembre en Potrerillo de Larreta, esa misma noche jugando al poker con el grupo de amigos de los lunes, mi primo anuncia el 3 de Diciembre partimos para Lemucuyén, me quería matar se superponían los viajes y me perdía el tan ansiado viaje anual de pesca al sur.

Salimos rumbo a Potrerillo ese 3 de diciembre con mi mujer, no sin antes esconder en el baúl mis bolsos de pesca, no me resignaba a poder hacer aunque sea unos tiritos en algún río cordobés.

Llegamos y me encontré con uno de los lugares para descansar y/o jugar al golf, más increíbles que jamás haya visto.

Al día siguiente ya tenía datos de que uno de los dueños del lugar tenía un helicóptero y hacía salidas de pesca pero no regularmente. Me reuní con él y después de hacer migas lo convencí de salir al día siguiente los tres, mi mujer (Cecilia), Javier y yo.

El helipuerto quedaba en su casa a 50 metros de el Hotel, un increible Robinson, posaba en su jardín esperandonos. La mañana era pintada, sol y sin una brisa de viento. Despegamos y a los 15 minutos descendimos en un lindo arroyito , mi mujer estaba blanca tiza, un poco por mareo otro por cagazo, pescamos unas voraces truchitas y le pregunte a Javier si no podíamos probar en algún lugar con más agua, para lo cual me contesto que si, pero que había que volar hasta más de 2300 mts de altura y que era peligroso intentarlo los tres, para lo cual le dije, no te preocupes yo convenzo a mi jermu para que se quede.

Cecilia, que estaba blanca tiza y boleada, accedió a quedarse con su libro su lona y el mate. Sólo me preguntó cuanto van a tardar? no más de una horita, le dije.

Despegamos Javier y yo rumbo al YATAN, así se llamaba el río a donde ibamos. probamos en el camino en otro lugar pero también había poca agua, hasta que llegamos a unos pozones de una belleza sin igual.

Armamos las cañas y fue tirar y sacar, perdí un par de truchas grandes que me cortaron por mi ansiedad y cuando vi la hora me di cuenta que habían pasado 4 horas desde que habíamos dejado a mi mujer sola en el medio de la nada. 

Al llegar al lugar donde estaba la encontre llorando desconsoladamente, no solo pensó que nos habíamos pegado el palo si no que no dejaba de putearme por haber sido tan inconciente de no haber avisado por radio la ubicación donde la habiamos dejado, se imaginó pasando toda la noche en ese lugar desolado sin comida ni abrigo....................

En fín como salida de pesca INCREIBLE!!!!, como marido festejando mis 25 años de casado un cero a la izquierda.

La pasión por la pesca con mosca nos lleva a hacer estas locuras!!!!

GRACIAS JAVIER POR TAN INCREÍBLE VIAJE!!!