El 29 de JUNIO luego de levantarnos a las 3:00am y esperar casi 3 horas en el aeropuerto doméstico de La Habana volamos a Cayo Coco con Pedro Güiraldes, de Patagonic Waters. El vuelo fue tranquilo aunque las nubes no nos dejaron ver parte del paisaje. Llegamos al aeropuerto de Cayo Coco a las 10:00am y una van con chofer enviada por AVALON nos estaba esperando. El viaje de Cayo Coco a la población de Brasil nos demandó poco más de hora y medio pasando por una zona rural donde se cría ganado y se planta caña de azúcar, maíz, mango y otras variedades de verduras y frutales. El pueblo de Brasil tuvo su apogeo a comienzos del siglo pasado con el desarrollo de la caña de azúcar y su industrialización, hoy solo quedan vestigios abandonados de su glorioso pasado como son el inmenso ingenio azucarero, la plaza central, la iglesia y las viviendas de sus empleados. En el centro del poblado se encuentra La Casona (hoy alojamiento de la operación de Cayo Romano), que fuera la casa principal del encargado de la gerencia del ingenio.

Hace 4 años y medio tuve la oportunidad de visitar este destino cuando comenzaron a operar los españoles de Mayo Oldiri, si bien vimos y pescamos buenas palometas y grandes bonefish, el resultado de la visita no fue muy próspero, pues la operación demostró tener muchísimas falencias profesionales y de coordinación.

La Casona que esta ubicada en el centro de Brasil tiene 8 cómodas habitaciones dobles con aire acondicionado, baño privado, salón comedor y un living con barra y bar. Se sirve un buen desayuno con frutas, queso, jamon, huevos al gusto, tostadas con pan casero, manteca, mermelada, café ó té. Y en la cena hay carne de cerdo, carne de res, conejo al horno, ensaladas, frutas tropicales, arroz, porotos, etc.. Todo el personal es muy atento y servicial.
El programa comienza muy temprano y luego del desayuno se traslada a los pescadores hasta la marina en una van climatizada, el viaje puede demorar entre 45 y 50 minutos, gran parte del camino es sobre un pedraplén construido sobre el agua.

La marina esta al finalizar el camino, en la misma se encuentan las embarcaciones amarradas a un embarcadero techado y una gran “palapa” techada con palma sirve como reparo para preparar los equipos antes de la salida de pesca.

En la marina están los guías esperando para salir a pescar en una de las 6 áreas en la que se dividió la zona, cada una de esta áreas tiene entre 3 y 4 millas cuadradas. Al Este del pedraplén se encuentran las áreas 1, 2 y 3 y al Oeste del pedraplén las áreas 4, 5 y 6. En todas ellas hay permit, en muchas se los ve sobre las rayas como en Cayo Largo, pero en las lagunas por lo general están tailing o crucereando solitarias o en pequeños cardumenes. También hay bonefish en todas las áreas, por lo general son grandes (de 5 a 8 libras) y se los encuentra en grupos pequeños. Solo hay tarpones en las áreas 1, 3, 4 y 6, si bien no hay gran cantidad en general son de buen tamaño (los he visto de hasta 100 libras). Los tarpones que se encuentran en Cayo Romano son migratorios, solo se los puede ver entre los meses de Abril y Agosto, no hay (o al menos no han encontrado hasta el presente) tarpones pequeños residentes, ni siquiera en los manglares.
Solo pescamos tres días, en esos días el interés se centró en los permit y la localización de los tarpones. Lamentablemente ni el clima ni la marea nos favoreció, así que vimos pocos permit y pude castearle a solo 7 de ellos sin suerte. En cambio vimos bastantes tarpones, por lo general de a uno o dos y solo encontré un cardumen de 8 tarpones que debería tener entre 20 y 30 libras. Los más solitarios debían pesar entre las 50 y 100 libras. En total pude clavar 6 tarpones, todos ellos a pez visto en playa de arena blanca. De esos 6, dos debían pesar entre 70 y 80 libras, no obstante solo logre uno de unas 25 libras y otro de unas 50 libras se soltó segundos antes que el guía lo pudiese retener en la playa luego de unos 15 minutos de pelea.

De todas maneras la experiencia fue muy buena, he comprobado que AVALON ha hecho un muy buen trabajo, ha mejorado las instalaciones de la Casona y mejorado la calidad del servicio en la misma, los guías están mucho mas entrenados y preparados que hace 4 años, las lanchas están equipadas con radios que funcionan, con una buena heladera, las zonas de pesca son extensas y en todas hay pesca inclusive los días ventosos. Han establecido un sistema de rotación en las áreas que disminuye la presión de pesca en las mismas y no hay más pesca comercial en toda la zona concesionada. Es un nuevo destino en Cuba a tener muy en cuenta, sobre todo para los amantes de la pesca del permit!