En cuanto mi amigo Jason me invito a pescar smallmouth bass (Micropterus dolomieu)  al rio Grande Rhonde en Washington no lo dude ni un segundo, hacia rato que quería ir a pescar específicamente estos enanos con actitud de gigante. Había pescado steelheads en este rio varias veces y siempre me fascino,  es mediano a chico, serpentea por  las montañas en medio de un paisaje que ninguna foto puede reflejar en toda su dimensión, para finalmente unirse al Snake river.  En pescas pasadas por casualidad había sacado algunos “smallies” y me había impresionado la potencia que tenían. Además sabía que Jason la tenia muy clara, los ha pescado de Mayo a Octubre durante toda su vida. El único detalle era que el no los había sacado nunca con mosca, siempre con equipo de baitcast.

Me fije en internet que modelos de moscas podía usar  y de paso tome una cierta referencia acerca de cómo se comportaban estos bass de boca chica. Uno de los tantos pros de internet es que se puede encontrar  toneladas de información sobre cualquier tema, esta en cada uno saber filtrarla y quedarse con lo que le sirva. Como en todo, no deje de fascinarme por  cuan simple o compleja podía ser la cosa, dependiendo de cuanto uno quisiera involucrarse y dedicarle tiempo.  Había páginas web dedicadas exclusivamente a estos peces, libros, equipamiento, y sobre todo mucho público con esta sana adicción. En base a esto y a una larga respuesta por mail de Jason describiéndome sus técnicas con jiggs y demás, decidí que moscas atar. Sanguijuelas, pescaditos clásicos con distintos tipos de alas; de pluma (Black Ghost), marabou (Emotion) y ciervo (Black Nosed Dace y  Platinum Blonde). También ate pescaditos de los más modernos usando bastante de la parafernalia de sintéticos, que esta sumando y mucho al repertorio de moscas disponibles. Quedaron bastante lindos, en especial los ojitos de los caros les daban muy buena facha. Tambien lleve Clouser minnow en distintos colores y un par de moscas letales para truchas creadas y atadas hace rato por mi amigo Mario; la Tío Cosa negra y la Fuzzy bugger.  Me quedaban solo tres Tio cosa asi que lleve dos, reservando una para algún viaje en busca de truchas gordas. La Fuzzy bugger la ato pero me sale con poca onda, sin magia.  En cuanto a equipo, lleve una cania 7 y varias líneas, aunque termine usando solamente una Wet Tip de 10 pies y hundimiento tipo III con un leader cortito.

De movida fue un día de esos en que por alguna misteriosa razón se veían animales por todos lados, bien tempranito en el viaje de ida muchos ciervos (whitetails), un par de coyotes caraduras que no se espantaron y rapaces de vuelo altivo. A la pasada frenamos en la casa de fin de semana de Jason frente al Snake y me tuvieron que endulzar mucho el oído con lo que vendría para que no bajase a la playa y empezara a pescar ahí nomas. Todo el camino bordeaba el Snake y luego el Grande Rhonde, pesque mentalmente todo el camino, manteniendo el hilo de la charla en piloto automatico. Las ganas de pescar eran tremendas, como siempre, no se si será bueno o malo pero me ha traido amigos y permitido conocer lugares alucinantes. Jason tomo por un camino de ripio medio malo que se desviaba del camino principal, también de ripio ya a esa altura. Caminamos unos diez minutos por un senderito lleno de aranas de tamanio mas que respetable, de cruzarme con una de esas en casa me hubiese puesto nervioso como minimo.

El pool era bien grande, dividido por una isla en dos canales en su cabecera, bien hondo y arremansado en la junta para seguir hacia abajo como una recta pareja que se hacia honda hacia el lado de enfrente sin ningún veril. Mientras todavía miraba el pool Jason en el remanso ya había sacado tres pescados y Lorraine uno en la cola del pozo. Me cole en el medio de los dos y arranque con una Platinum Blonde. En el segundo tiro, ni bien empezó a acariciar el fondo en la deriva tuve un toque, empece a recoger para acelerar la mosca tipo huida y atrás vino el leon. Pense que tenia clavado algo de un par de kilos hasta que apareció un chiquitin que no pasaba el medio kilo, de locos. Pense que tenia todo resuelto pero los tiros venideros no produjeron. Cambie a una Clouser minnow y paso lo mismo; saque uno al traer la mosca y después nada mas. Algo estaba haciendo mal porque Jason me salpicaba escamas con su cañita de baitcast, cada vez que miraba rio arriba lo veía en plena cinetica de acción. Pase por varias moscas mas y empece a hacer macanas al tirar. Recogi y me fui a ver que hacia Jason; tiraba un poco rio arriba, dejaba hundir y seguía muy atento la deriva. Cuando tenia un toque y no un pique firme apenas movia el jigg, esperaba a tener el pique firme para clavar. Con la papa de la cuestión camine rio arriba y cruce a la isla para pescar el canal desde el otro lado. Para completar el refresque cambie a una Tio Cosa. Lo que siguió fue vértigo, use esa primer mosca hasta que no le quedo ninguna pata, después ate la que quedaba pero duro poco; enganche en el fondo después de sacar un par y la perdi. Que fea sensación es quedarse sin “la” mosca pagadora en pleno frenesí de pesca. En medio de la depresión aguda puse una Fuzzy bugger, mi rationale fue que al menos esta tendría el “mojo” de la otra. Baje del Maxima de 10 lb que venia usando a 1X de Rio para que la mosca trabajara mejor y la ate con un lacito, tonto y retonto porque tuve un corte violento ahí nomas. Volvi al Maxima y con este al éxito, empece a pescar mas tranquilo y ahí empezaron a aparecer ante mis ojos todo tipo de pececitos forrajeros, incluyendo un par de sculpins. Tambien pude ver que había suckers, bass y carpas bien grandotas no muy lejos mio. Era esa paz contemplativa que uno tiene cuando pesca mucho o nada, en mi caso esa paz es mas natural cuando se trata de la opción A.  Para cuando enganche y perdi mi tercer y ultima Fuzzy ya tenia dominada la técnica, consistía en derivar la mosca por el fondo, esperar el toque y ahí mover la mosca muy poco para incitar la tomada. Segui con los pescaditos modernos que eran mas blandos y pulsaban mejor.

Me llamaron para cambiar de lugar y asentí con gusto, prefería recorrer y conocer mas, aun al riesgo de no pescar. El siguiente pool al que fuimos era recto y parejo, haciéndose hondo de forma gradual para el lado de enfrente. El vadeo fue placentero, pantalón corto, agua arriba de veinte grados, calor y no mas hondo que a la altura de la cintura.  Ahí clave mi mejor pescado del dia, bien en la parte honda. Peleo muchísimo, busco cortar en un árbol hundido y hasta salto afuera del agua como sus primos de boca grande. Encima era bien atigrado, extremadamente lindo. Si bien segui pescando una hora larga mas ese pescado marco mi dia. A las dos y media de la tarde bajo al rio un grupo de bighorn sheep, eso marco el cambio de modalidad pesca a modalidad fotógrafo. Pasee un rato rio abajo y después volvi con mis amigos, me quede dormido hasta que me despertaron para volver.

A mi criterio solo la boga y el pira-pita tienen reservas de energía comparables a las del smallmouth bass. Es pescar para creer, literalmente. Nada tienen que ver con los largemouth en cuanto a pelea y ambiente donde viven, los primeros están en lugares “ataruchados” y tanto pelean como toman moscas en superficie con espíritu similar a nuestra querida (pero desgraciadamente maltratada) Hoplias. Los smallies son implantes en estos ríos del oeste de los Estados Unidos, siendo su lugar de origen el este del pais.

Un saludo cordial

-Publicado en el Boletín Mosquero de la AAPM Número 66