Fd: ¿Cómo fue tu primer encuentro con el agua salada y sus róbalos?

WR:
Se empezó hace muchos años con esto. Los pioneros fueron de la ciudad de Trelew: Diego Coll, Pepe Sarries, Martin Hernando; grandes pescadores de costa y a la vez mosqueros que siempre están tratando de ir un paso más adelante en lo que es innovación de equipos y técnicas de pesca. Ellos empezaron pescando con streamers clásicos de trucha, colores naranjas en principio. Su objetivo era principalmente mejorar la cantidad de capturas y siguieron modificando esas moscas hasta parecerse más a un señuelo. Debido al peso y la dificultad para castearla (pero muy efectiva) comenzaron a lanzarlas con equipos ultralivianos de spinning y así siguieron en esa modalidad por algún tiempo. Luego siguieron con otras modalidades. También, en Puerto Madryn, Juani Domínguez fue uno de los precursores en la zona en esos años.

Años después, calculo que por el 2005 o 2006 luego de unos viajes al Caribe pensé en que se podían aplicar algunas de estas técnicas para bonefish en nuestras costas, tanto en la zona de Bahía Engaño como en los golfos Nuevo y San José. Así que empecé a trabajar un poco en ver cómo se movían estos peces y a colar agua por cualquier lado como hacíamos antes con nuestras líneas de hundimiento. Empecé a tratar de verlos previamente en aguas bajas y cristalinas para después intentar pescarlos.

1024w1024h1mimg_53ee1d66d18b8.jpgFd: ¿En qué lugares de la Patagonia podemos encontrar esta especie?

WR:
El Róbalo (Eleginops Maclovinus) recorre las costas del mar argentino desde Bahía Blanca hasta Tierra del Fuego e Islas Malvinas. Yo principalmente los he pescado en mar abierto en las costas cercanas a Rawson (Bahía Engaño) y en los golfos de Península de Valdés.


Fd: ¿Cuáles son las mejores épocas para ir tras ellos?

WR:
Depende mucho de qué playas sean las que se visiten. Particularmente, los lugares que visito, por una cuestión de comodidad ya que vivo frente al mar en el invierno, los pesco en el Golfo Nuevo; playas cercanas a Puerto Madryn como Cerro Avanzado, Bahía Cracker; playas cercanas a Puerto Pirámide; y Larralde o Fracaso dentro del Golfo San José. Esto principalmente en el invierno. A partir del mes de octubre hasta marzo hay playas más al sur de Trelew como Cabo Raso, Camarones y Bahía Bustamante en donde se pueden encontrar, e incluso con tamaños más que respetables.


Fd: ¿En qué tipo de aguas y ambientes debemos buscarlos?

WR:
Para aplicar este tipo de técnicas, similares a las de la pesca en los flats del Caribe, los buscamos en aguas bajas, de entre 15cm y 40cm. Podemos muchas veces pescar el tailing o también verlos bajo el agua, cosa que no es simple; pero la vista se educa fácilmente para poder apreciar su silueta. Principalmente los buscamos en playas con formaciones rocosas (restingas) pero los pescamos no sobre ellas, sino en las partes de arena compacta.

Los Róbalos crucerean las costas en la línea de la rompiente. Mareas bajas y subientes son ideales para pescar esta especie en las grandes lagunas que quedan con conexión permanente al mar, lo que en cierta manera garantiza que los peces puedan entrar durante la marea en bajas alturas.

1024w1024h1mimg_53e8f3774ca6a.jpgFd: ¿De qué se alimentan estos peces y con qué estrategias debemos abordar su pesca?

WR:
La base de la alimentación es prácticamente poliquetos, pero abordamos la pesca no desde la imitación de su alimentación sino desde la irritación. Si bien no es un pez cazador, sí se ve muy irritado ante señuelos con movimientos aleatorios y colores estridentes.

Mi estrategia y la de nuestro grupo de pesca es vadear las aguas bajas, más o menos sabiendo cómo se mueven por la costa y basados en la experiencia de pescas anteriores. Existen geografías en las playas, como diferencias de alturas en las plataformas, donde una laguna se llena primero que otra en la subiente y esa le pasa el agua a la que está a menor altura, y así se forman como canales con correntada en los que podemos encontrarlos.

También buscamos ya en la línea de rompiente a los que comenzaron a “crucerear”. Si podemos divisarlos y castear cerca de ellos, mejor; eso es lo ideal. Si no los vemos, intentamos pescar las estructuras donde ya sabemos que muchas veces se acomodan.

Hay una diferencia en pescar en el golfo o en mar abierto. El ingreso del agua en mar abierto dentro de las playas es más “agresivo” que en el golfo y las estructuras de piedras que rodean las playas de arena se cargan más rápido de agua. Estos peces entran también de un modo más enérgico y allí la pesca ya es mas “rockera”, podemos lanzar y estripear más rápido. La diferencia en el pique también es notable, de ser una tomada suave cuando el pez está “crucereando” por la arena, pasa a ser una tomada más violenta. Es en ésta donde generalmente se producen los cortes.


Fd: ¿Qué moscas no pueden faltar en nuestras cajas?

WR:
Si vamos a colar agua, con una línea de flote, podemos usar cualquier streamer en color naranja o rojo. Casteando y “estripeando” cualquier de estos streamers en un anzuelo #2 o #4 puede andar. Ahora, si queremos pescarlos posando la mosca en el fondo, esperando unos segundos a interceptar su recorrido y mover suave la mosca por el fondo, debemos contar con algún patrón que tenga anti-enganche o trabaje con el anzuelo invertido.

El desarrollo de la mosca que hice yo parte de una mosca de bonefish más dimensionada. Con ojos de plomo para que baje rápido esos pocos centímetros de agua y trabaje con la curva del anzuelo hacia arriba. Si bien la trabajamos por fondos de arena, hay pequeñas conchillas o piedras en las que puede engancharse la mosca. Si miran las fotos verán que todas las capturas tienen la mosca en el labio superior del pez. Digamos que la mosca no es más que un streamer, el cual lo atamos en un anzuelo de pata corta.


Fd: Una vez clavado un róbalo, ¿qué podemos esperar de la pelea?

WR:
Si bien su boca no es dura como la del bonefish, creo que la mejor manera de clavar es un “strip set” no muy fuerte. Hemos perdido piques por levantar la caña varias veces. Luego de clavado tiene una linda corrida. Si bien no me gusta comparar especies, digamos que corre quizás un poco menos que una trucha comparando kilo por kilo, pero un róbalo que ronde los 2 kilos corre sus 15 o 20 metros. Lo que hace interesante la pelea, además de no ser fácil traerlo porque sus aletas pectorales de gran porte lo ayudan, es que debemos jugar con manejar su dirección para evitar que gane las piedras (restingas) donde el corte es garantizado.

Creo que lo interesante de esta pesca no es la pelea del pez en sí mismo, sino que al plantearlo como una pesca a la vista le da su toque de desafío… aun más en temporada baja de trucha y estando a la vuelta de casa.

1024w1024h1mimg_53e8f37c48b2b.jpgFd: ¿Cuál es el equipo recomendado para pescarlos?

WR:
Particularmente, usamos cañas 6 considerando que el viento puede estar presente y que lanzamos estas moscas que a veces son un poco pesaditas. Líneas de flote el 100% de las veces, no hace falta que sean de agua salada. Tengamos presente que la temperatura del agua ronda entre los 11 y los 15 grados, así que una línea de agua salada (Caribe) no funcionaría. Particularmente, al regreso lavo los equipos y las líneas, y así podemos pescar perfectamente.


Fd: ¿Cómo ves el futuro de esta especialidad y de la pesca con mosca en el mar argentino en general?

WR:
El Mar Argentino creo que tiene un potencial increíble y muchas especies para disfrutar. Es solo cuestión de invertir horas y empezar a descular cómo pescar más de ellas. Afortunadamente, cada día veo más personas pescando con mosca en el mar en mi zona y eso me pone muy contento. Hemos realizado muchos talleres de pesca con mosca en el mar en distintas ciudades de la provincia de Chubut y fue sorprendente el número de personas que se arrimaron, lo que indica que hay potencial y esto no está todavía desarrollado. Simplemente un grupo de locos que intenta aportar algo más a lo que, si se quiere, está por aprenderse.

Así que invito a todos los mosqueros que tengan la posibilidad de pescar en el mar argentino que lo hagan, que además hay muchas cosas que rodean a la pesca de esta especie. Un día de pesca en el mar argentino te puede permitir además ver ballenas, elefantes marinos, orcas, guanacos, maras y muchas cosas más que son también parte de la pesca, parte de la bendición que nos da la vida de vivir, en mi caso, en la Patagonia.

Buena pesca,

El Pelado [perfil en Fly dreamers: LINK]