En medio de la espléndida belleza del Parque Nacional Los Alerces, en Chubut, y siguiendo los cursos de los ríos de montaña o de los lagos que están involucrados en sus límites, el pescador deportivo tiene múltiples motivos para sentirse tentado por el grandioso desafío del paisaje y por las combativas truchas y salmones. Esta nota constituye un resumen sobre el particular, y tiene el valor de una primera aproximación al tema.

La mayor parte de la formidable extensión que ocupan ríos, lagos y lagunas patagónicos, está ubicada dentro de las 263 mil hectáreas asignadas al Parque Nacional Los Alerces. Por ende, la localización de los pesqueros en un área de semejante magnitud constituye el principal interrogante que debe enfrentar al pescador deportivo. Por este motivo señalamos en esta nota detalles referidos al sistema hidro-pesquero.


I – LAGUNA LARGA

Poblada por truchas marrones, la Laguna Larga alberga los ejemplares “récords” de la zona, pues en épocas de desove se han observado truchas marrones que superan los 10 kilogramos, oscilando el peso de los piques más frecuentes entre los 4 y 6 kg. Informados que dicho ambiente había sido sembrado doce años antes con alevinos de truchas marrones, recabamos información de los antecedentes haliéuticos ocurridos durante el transcurso de ese período. El hecho de tratarse de una laguna prácticamente cerrada hacía sospechar que podrían encontrarse aquí grandes ejemplares.

La escasa información obtenida señalaba que sólo ocasionalmente los lugareños hacían excursiones con propósitos de pesca, fracasando en casi todas las oportunidades. En las dos últimas temporadas algunas truchas marrones, hasta entonces indiferentes a todo tipo de señuelos y artes piscatorias, habían sido cobradas por obstinados pescadores.

Nuestro guía profesional, Raúl San Martín, Elio Martínez y el autor de esta nota, tomamos el desafío y partimos hacia la Laguna Larga. El plan era el siguiente: nuestro guía debía tomar la delantera e intentar los piques con mosca en los lugares claves. Elio Martínez por si parte realizaría intentos a través de la modalidad spinning en sectores donde la cabeza de grupo no pudiera lanzar su artificial. A mi vez tenia que seguirlos a corta distancia desde un bote, con la misión de localizar con mayor exactitud las probables zonas de concentración de truchas.

Pique y decepción – A poco de “caminar la orilla” maquinando aún formas de efectivizar la pesca, fuimos sorprendidos por un inesperado pique en el artificial de Raúl. Sacudidos por la sorpresa nos acercamos alentados hasta que comprobamos al aproximarnos la débil lucha defensiva por parte del pez. Esperamos para constatar los motivos de tan escasa resistencia hasta observar que la presa, una trucha marrón, de 6 a 8 años de edad, que fue rápidamente dominada, evidenciaba marcada falta de alimentación: sólo pesaba 1,500 kilogramos.

Decepcionados por la magra captura reiniciamos la marcha luego de botar al agua la raquítica presa.

¡Ahora sí! - Transcurridos unos pocos minutos se produjo un segundo pique. Nuevamente Raúl exhibía una precisa y efectiva “clavada”. La violenta “bajada de caña” y su tensa curvatura indicaban con certeza que un marrón de gran porte había tomado decididamente el cebo. El preferencial plano de ubicación me permitió atisbar “el borbollón de toma del engaño” y aunque el pez no dejó ver su cuerpo, el remolino de agua dejado en la superficie más la tremenda corrida que le sucedió, haciendo vibrar caña y pescador evidenciaba la vitalidad de un ejemplar dispuesto a defender su vida. A pesar de su veteranía, Raúl mostraba síntomas de nerviosismo, ya que el sorpresivo pique y la responsabilidad de forzar la lucha para ilustrar esta nota, comprometía la realización de un buen trabajo. 

En eso estábamos cuando Elio me llamó desde su lugar de pesca, indicándome que otra presa se debatía tratando de ganar su liberación. Advertí que la trucha prendida en su artificial emprendía veloz carrera, y que la falta de práctica en el manejo del equipo de mosca colocaba al borde del corte la resistencia del leader de mi amigo. Observé en su rostro una delatora sonrisa que lo acusaba de haber violado el convenio trato de actuar en spinning. Por supuesto lo había convencido la efectividad en el pique con mosca y por otra parte sabía que la vigencia del pacto carecía de sentido frente a un buen pique. De manera que me aparté de la orilla para observar desde mi platea el doble espectáculo.

Pique insospechado – Adentrado en el agua, Raúl San Martín hacía esfuerzos por extraer su presa, que en imparable arremetida se había metido debajo de un enramado. A Elio, por su parte, desacostumbrado a luchar con un reel sin estrella ni multiplicación, parecía preocuparlo más el uso adecuado del equipo que las violentas sacudidas provocadas en la línea por la ya “fondeada” marrón. Advertí que su caña absorbía bien los movimientos del pez, pero estaba desalentado, pues el combate entre los hombres y sus rivales acuáticos parecía volcado ampliamente en favor de los últimos. Observé a Raúl incorporarse de su forzada postura para adoptar otra más a propósito en relación con una lucha en “campo abierto”. Esta actitud desvaneció mi pesimismo y lo alenté, con emoción. Parecía haber resuelto el trance en el mismo instante en que la pelea cambió de frente, y a partir de ese momento decidió realizar un verdadero trabajo de artesanía piscatoria.

En limpia faena – Enseguida lo vi sujetar medianamente la línea, obligando al pez, de esa forma, a arrastrar en su huida una carga adicional, que regularía los embates de la presa. Este recurso solamente lo utilizaba cuando la trucha se dirigía hacia el “limpión”. En cambio cedía línea frente al riesgo de “cortar” por excesiva tracción, o para evitar un peligroso y obstaculizado desplazamiento del pez. También sacudía la puntera de su caña, logrando cambiar a menudo la dirección encarada por la trucha. Además resolvió rápidamente la difícil situación planteada, cuando en tremendo embalaje el pez se dirigió hacia el pescador, pues éste evitó el peligroso “afloje” y posterior amontonamiento de línea, al recuperar con suficiente prontitud. Simultáneamente arqueó todo el cuerpo, alzando la caña sobre su cabeza, para prolongar a través de sus extremidades superiores el “brazo palanca”. Esto lo ayudaría a mantenerse en contacto permanente con la boca de su oponente. Finalmente lo vi bajar la vara para acompañar sin riesgos los inesperados cambios de ángulos presentados por el pez lagunero. Por último varó en la arena con hidalguía al vencido rival. Había realizado un buen trabajo.

Sólo quedaba ver el resto del espectáculo, a cargo de Elio y su trucha marrón. Esta se desplazaba desordenadamente de un lugar a otro, a despecho del reluciente e idóneo equipo de pesca. Sin embargo, el controlado margen de ventaja dado por mi amigo al pez obedecía a la favorable zona libre de obstáculos en la que le había tocado actuar. Y no obstante su falta de práctica en el manejo del equipo, Elio no demoró mucho más en dominar la presa, el equipo y la situación. Sólo la falta de contacto directo con el pez no lo permitió advertir antes que se trataba de una trucha de 5,400 kilogramos.


II- LAGO FUTALAUFQUEN

Este espejo tiene una superficie total estimada en 8000 hectáreas. Posee tres brazos: uno orientado hacia el sudeste con 13km de longitud, aproximadamente, con una parte central de 5 a 6 km de ancho. El segundo ramal se extiende al sur, y está calculado en 5 km de largo. El último brazo se prolonga hacia el norte, con 10 km de extensión. Se trata de un lago generosamente poblado de salmónidos, donde es permitida la práctica de todas las modalidades deportivas de pesca, debiendo ser respetadas las zonas delimitadas por cada especialidad, a saber: 

Lugares habilitados para la pesca con mosca: boca del Río Arrayanes, que baja para entrar en el Futalaufquen desde el Lago Verde; garganta del río Kruger; río Correntoso, de corta extensión; boca del río Desaguadero, aledaño al camping; Playa del Toro; Playa Blanca y otras (en las últimas es permitida la pesca con spinning). El acceso a los pescadores mencionados es conveniente hacerlo por agua. En caso de carecerse de medio náutico es factible acercarse a la mayoría de ellos en auto móvil, y arribar finalmente a los mismos a pie. Entre las variedades haliénticas que pueblan este lago se destaca en primer término la trucha Arco Iris (Salmo iridea); la sigue en importancia la trucha marrón (Salmo fario), y luego la trucha de arroyo (Fontinalis) y en menor proporción el salmón (Salmón salalar sebago). Además abunda en estas aguas la modesta trucha criolla (Perca). Época propicia: de diciembre a marzo.


III- LAGO MENENDEZ

Ubicado al oeste de la región, con 9000 Has. aproximadamente de superficie, el lago Menéndez cuenta con tres brazos cuyas posiciones respectivas comprenden el este, el norte y el sudoeste. Posee además una gran isla central desde cuyas costas recomendamos la pesca en la modalidad spinning. El acceso al lago se realiza exclusivamente por agua, siendo necesario llegar antes hasta Lago Verde, en cuyo desembarcadero, mediante un vehículo equipado con trailer, y por una modesta suma, el deportista es trasladado hasta el Menéndez con su embarcación y demás avíos (distancia: 1 km). 

La totalidad del brazo norte está vedado para la pesca en la modalidad trolling y la cabecera del mismo, por donde entra el Río Cisne que baja del lago homónimo, está reservada para la pesca con mosca (Fly Cast); lugar ideal para lograr grandes capturas. Al final del brazo sudoeste se hallan ubicados los ríos Navarro y Alerce, donde aconsejamos la pesca con moscas. Modelos apropiados para el lugar: grandes, confeccionadas con anzuelos Nº 1/0 Y 2/0, limitando insectos de alas largas. La mayor parte de la zona ribereña es apta para intentar la pesca en spinning, ya que se halla libre de obstáculos y vegetación. En este casa la embarcación servirá de apoyo para intentar lanzamientos en sectores inaccesibles por tierra. La modalidad trolling, aunque está permitida, no la aconsejamos, ya que la pesca con dicha técnica resta acción, emoción y sensación a la lucha defensiva que los salmónidos presentan ante elementos más sutiles empleados en otras especialidades. No obstante, si se desea recorrer la zona, en busca de “grandes” e intentar en spinning desde el bote, recomendamos: zona Arroyo Gaviota; Bahía Grande; costas del Torrecillas (glaciar de fácil localización); margen este de Isla Grande y brazo sur hasta Península Cafe. En dicho lago es factible capturas de más de 5 kg (especialmente Arco Iris).


IV- LAGO VERDE

A unos 30 km de puerto Limonao (lago Futalaufquen) se encuentra el pequeña lago Verde, de unos tres km de largo por uno de ancho. Su ubicación lo protege de los fuertes vientos y consecuentemente, es recomendable para pescar en días ventosos. Recibe las aguas del Río Rivadavia, cuya boca está reservada para la pesca con moscas, y desagua a través del Río Arrayanes en el que sólo es permitida la pesca en la modalidad Fly Cast. Variedad que lo puebla: Arco Iris, marrones y truchas de arroyo.


V- LAGO RIVADAVIA

Situada al norte de Esquel, el Lago Rivadavia tiene una extensión aproximada a los 10 km de largo por algo más de 4 km de ancho, pudiéndose acceder al mismo no sólo por agua sino también por el nuevo camino que baja desde Cholila bordeando el lago por la costa más productiva para pescar. La abundante cantidad de piques, además de las características del suelo y agua, permiten adentrarse en él para intentar la pesca con anzuelos emplumados. Es el lugar ideal para el debut de principiantes en la técnica de moda. Época propicia: toda la temporada pero para quienes gustan pescar truchas grandes lo mejores meses son marzo y parte de abril. Es permitida la pesca en spinning y totalmente vedada la pesca en trolling. Artificiales emplumados recomendados: mosca húmeda, ninfas streamers con colores básicos, amarillo, marrón, gris, preferentemente confeccionados sobre anzuelos Nº 4, 6 y 8. Mosca seca: colores blanco, gris y negro, montadas en anzuelos Nº 10 y 12. cucharas: ver recuadro.
Las mayores capturas comprobadas en la temporada 73/74: de 4 a 5500 kg.


VI- LAGO KRUGER (Río Frey)

Está vedado para todo tipo de pesca y es la vía navegable para llegar al Río Frey que lo desagua. Dicho rio presenta especiales características, pues es caudaloso, de fuerte correntada y está sembrado por grandes y resbaladizas piedras a lo largo de todo su cauce. Esto dificulta el accionar de los pescadores deportivos y el desplazamiento a pie, motivo por el cual aconsejamos el uso de sobresuelas de fieltro adosadas a las botas, o “waders”. Aunque el Río Frey es en parte navegable, es tarea sólo para baqueanos, ya que existen rocas sumergidas y semisumergidas que representan un grave riesgo para el profano. La variedad más destacada esta constituida por grandes truchas marrones que suelen ser capturadas durante los meses de marzo y parte de abril. En la oportunidad sólo logramos ejemplares medianos en la modalidad Fly Cast, algunos de los cuales mostraban evidentes sintomas de estar deficientemente alimentados. Es permitida la pesca en la modalidad spinning. La mayor captura de la temporada 73/74; una trucha marrón de 6500 kg. 


VII- RIO ARRAYANES

Está prohibida la pesca en todo su cauce, salvo en sus dos bocas. Una de ellas está ubicada a la salida del lago Verde y la segunda entra en el Lago Futalaufquen. Allí sólo está autorizada la pesca con mosca. Este río es conveniente navegarlo acompañado por un baqueano o guía, ya que presenta obstáculos rocosos, especialmente cuando su caudal disminuye. Principal variedad: trucha Arco Iris, de las que suelen capturarse ejemplares de considerable porte. 


VIII- RIO RIVADAVIA 

Está vedado para todo tipo de pesca, pues se trata de un “río criadero”, ya que en él desovan en invierno gran cantidad de truchas. Es el río más difícil para navegar en todo el sistema, pero si se cuenta con la ayuda de un baqueano, la travesía que lleva al lago homónimo ofrece una belleza digna de ser apreciada. En caso contrario es factible el viaje por tierra. La pesca en el lago y el hermoso paisaje lo justificarán.


IX- RIO FUTALEUFÚ (Aguas Provinciales fuera del Parque Nacional)

Futaleufú (en español Río Grande), es el río recolector de todas las aguas del sistema. Luego de largos viboreos y previo por el Lago Yelcho (Chileno) este cauce vuelca sus aguas en el océano Pacifico. La accidentada característica de río constituida por pozones, rápidos, correderas, remanso, tramos profundos, zonas bajas, además de otras alternativas, son obstáculos elegidos por los salmónidos para su apostadero y los principales motivos que influyen en el ánimo del deportista pescador, siempre esperanzado en lograr en los refugios su codiciada gran presa.

La población ictícola está especialmente compuesta por truchas Arco Iris y marrones. En menor proporción se encuentran salmones y truchas de arroyo. Las modalidades recomendadas en Fly Cast son Mosca Húmeda: Brown Wooly Worm. Mosca Seca: Black Gnat y Natural Irresistible. Época propicia: febrero en adelante. A fines de temporada, el río Futaleufú suele brindar sorpresas en cuanto a ejemplares grandes. Distancia aproximada desde Esquel: 30 km.


X- LAGO CHOLILA (Aguas Provinciales del Parque Nacional)

Ubicado a 160 km de Esquel y aledaño a otros lagos que recomendamos, como ser, el Lezama. En el Cholila está permitida la pesca en todas las modalidades deportivas: mosca; spinning; Bait Casting y el menos ortodoxo, trolling. Las variedades de salmónidos más abundantes son : trucha Arco Iris y Fontinalis. Época propicia: fines de febrero a principios de abril. 
NOTA: Para llegar a los lagos vecinos del Cholila, el mejor medio es el caballo. Una gran trucha Arco Iris puede justificar el esfuerzo.


XI- LAGO ROSARIO (Fuera del Parque Nacional)

De paso por la Colonia Galesa de Trevellin, distante 22 km de Esquel, encontramos el Lago Rosario. Su fauna íctica está constituida especialmente por Arco Iris. Las costas, de tupida vegetación, exigen llevar bote para la práctica de la modalidad spinning, técnica mediante la cual suelen lograrse grandes ejemplares. Durante la temporada 73/74 se capturaron Arco Iris de 4 a 6 kg.

Récords- El mayor récord de la zona fue logrado en el Lago Menéndez en el año 1958, con una Arco Iris de 12500 kg. En la siguiente temporada se pescaron ejemplares de 9 a 10 kg. En 1960 el récord superó los 7 kg; en 1961, 7200 kg; de 1962 al 67, las presas mayores no superaron los 6 kg. Salvo una trucha lograda en 1968, que pesó 7800 kg, hasta la fecha ninguna de las capturas logradas superaron los 6500 kg. Esta considerable disminución en el peso promedio es alarmante, pues es evidente la falta de alimentación en todos los lagos. Sin embargo, hace pocos años se sembraron “marrones” que hoy poseen buen tamaño, ya que se impusieron por su voracidad y temperamento en relación al débil de las existentes especies cruzadas entre sí.

Algunos consejos- Para navegar los ríos y lagos es indispensable cumplir con los requisitos exigidos por Prefectura o Gendarmería Nacional. Por tratarse de una zona de vientos, es aconsejable el uso de un casco de 4 m de eslora por 160 m de manga, por lo menos, equipado con un motor mínimo de 20 HP. Además hay que disponer de buena dosis de prudencia, puesto que los vientos suelen ser sorpresivos. Los obstáculos sumergidos y semisumergidos representan un peligro para quienes desconocen la zona. Es conveniente llevar ropa de abrigo e impermeable, y en contraste con esto, pantalones de baño, pues suele hacer calor.

La pesca en la modalidad trolling y spinning se practica con posibilidades de éxito desde noviembre a abril (15). En cambio en la modalidad mosca, la época propicia va de febrero a fin de temporada.


Texto por Ing. Agr. Vicente Mastrarrigo - SALMÓNIDOS: ¿ESPECIE SIN MAÑANA?

El territorio argentino cuenta con más de 900 mil Has. De espejos de agua, constituidos en su mayor parte por los grandes lagos patagónicos, que representan el paraíso de los salmónidos. Esos lagos, sin embargo, se encuentran en estado de oligotrofia (o estado inicial). Son profundos y sin plataformas desarrolladas. Contienen escasas sales minerales (nitratos, fosfatos), poco N y P, escaso tripton (detritos en suspensión) y magra biomasa. Estos ambientes que presentan tan escasa fertilidad no procuran ni generan comunidades orgánicas que puedan servir de alimento a los peces -salmónidos- en la medida de la demanda, que es relativa a la superpoblación.

Consecuencias – Las consecuencias observadas de esta inferioridad biogénica del medio con respecto a la densidad de la población ictícola, se advierten en las reacciones como “canibalismo”, constatado entre los salmónidos, y en estados de desnutrición y parasitismo (debilitamiento) de los individuos. El fenómeno de debilitamiento se acentúa durante los períodos de las migraciones genéticas de los peces -desde mayo a octubre-, es decir, durante todo el ciclo que comienza con el “celo” hasta la culminación del acto de reproducción. Al dejar de alimentarse entonces, y al realizar un desgaste físico intenso en sus desplazamientos por alcanzar las nacientes de las montañas, los salmónidos quedan extenuados, en lamentable estado y aspecto. Muchas veces pagan con su vida el cumplimiento del acto perpetuación de la especie. Es entonces que se advierten ejemplares que presentan la cabeza desproporcionada en relación a la longitud y delgadez del cuerpo. 


Limnología – Es evidente que existen ambientes superpoblados en algunas regiones lacustres del país, y en consecuencia los peces presentan pequeñas tallas y cuadros de desnutrición y parasitismo. Hay que admitir también que los ambientes evolucionan naturalmente hacia la superpoblación a través de condiciones cíclicas favorables, que pueden revertirse también cíclicamente. Es primordial tener en cuenta que el ser vivo es inseparable del ambiente, del medio que lo rodea y donde desarrolla sus actividades. En el aspecto conservacionista, el ambiente acuático continental debe sustentarse sobre una base ecológica que armonice el ambiente en sí mismo con su contenido vivo. Entre organismos y ambientes existe un intercambio de acciones y reacciones a través de un sutil dinamismo, y con una evolución en el tiempo susceptible de estudio y pronóstico por parte de una ciencia ecológica joven, denominada Limnología.


Alcances- Nuestro país necesita de estos estudios limnológicos para el mejor aprovechamiento de sus ambientes acuáticos continentales, que reclaman una permanente acción técnicamente dirigida, que permita incrementar o mejorar la capacidad biogénica de los ambientes, para lograr mayor densidad en la población íctica sin incurrir en los fenómenos de la superpoblación. Al mismo tiempo deben establecerse las condiciones bajo las cuales se regularán las operaciones de pesca en el orden comercial, tanto como en el deportivo.

Nuevas evaluaciones- Las introducciones de peces que se realizaron a principios de siglo en los lagos argentinos, se hicieron bajo la base de reconocimientos generales de los ambientes, sin orientación en conceptos limnológicos, de manera que las especies se difundieron naturalmente por obra de una piscicultura extensiva. Hoy se impone un mejor aprovechamiento de los recursos. Actualmente, la Secretaría de Recursos Humanos y Ambiente Humano desarrolla una acción intensiva en la explotación nacional de los ambientes acuáticos continentales. Para el caso de los grandes lagos patagónicos esa acción involucra operaciones de evaluación cuantitativa y cualitativa y de mejoramiento de las condiciones ecológicas, para incrementar la capacidad biogénica. Se observa, por ejemplo, que en la región de los lagos alpinos italianos, se consiguió elevar el rendimiento biogénico entre 20 y 30 kg anuales por ha, lo que es altamente significativo, teniendo en cuenta que en nuestro país el promedio es de 2 kg por año y por ha en los lagos patagónicos.

Reflexiones- Es necesario enfatizar que hoy, con los recursos de la piscicultura en las nuevas técnicas -sobre todo en materia de salmónidos-, el hombre puede reponer con creces cualquier extracción exhaustiva, o neutralizar circunstancias ambientales desfavorables que originan la declinación de los ambientes. De manera, entonces, que resulta lamentable mantener un ambiente superpoblado, que revela la falta de un manejo correcto y, por ende, el desaprovechamiento de un recurso natural renovable, en momentos en que la humanidad busca afanosamente el mayor rendimiento de las tierras y de las aguas.