Habitualmente los peces concentran sus esfuerzos alimentarios en determinadas zonas de la columna de agua. Justamente, los peces siempre van a estar en o cercanos a la concentración de comida. Dar con esa profundidad, nos concederá el éxito. En ríos de caudal regular, los peces se alimentarán específicamente en la superficie y en el fondo, adoptando posturas de ceba que los protejan de las corrientes. Un pez ubicado en el fondo de una corriente rápida difícilmente busque alimento más arriba en la columna de agua. Se quedará cerca del fondo, donde las irregularidades ralentizan el agua. Por eso es primordial que la mosca, una ninfa, profundice y derive por el fondo. Si la corriente es más bien lenta, los peces del fondo pueden ser atraídos a la zona media de la columna de agua con, por ejemplo, las efectivas Wooly Buggers o las Muddler Minnows. Si bien alimentarse en la superficie supone una exposición y desprotección significativas, la particular concentración de comida a nivel superficial que ofrece una eclosión, es tan tentadora que el pez se dispone a tomarla. Por ejemplo, frente a una eclosión de efímeras, en la película superficial del agua se concentrarán ninfas que acaban de ascender, subimagos, individuos que deben luchar, a veces, hasta un minuto para desprenderse de su exhubia: Un festín!!! Así es que pueden llegar a concentrarse hasta 100 veces más de individuos que la disposición de ninfas que pueden encontrar sumergidas. Entonces, las truchas, se arriesgan. Sin embargo, para subir, buscarán siempre protegerse de las corrientes y, particularmente, donde éstas concentren el alimento. Eso sí: Cuidado! Su desconfianza natural las hará sospechar de algún casteo defectuoso, las moscas que dragen y nuestras posibles torpezas.